Sara Carbonero, muy orgullosa de Iker

A la periodista no se le nota nada el embarazo

10 de noviembre de 2015, 16:32

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Hoy ha sido un día clave en la vida de Iker Casillas. El guardameta del Porto ha recibido de manos del Presidente del Gobierno la Gran Cruz del Mérito Deportivo, el mayor honor que puede recibir un deportista como él. Y a su lado ha estado, orgullosa, Sara Carbonero.

La pareja ha viajado desde Portugal para la importante entrega que ha tenido lugar esta mañana en el palacio de la Moncloa. Rajoy no solo ha hecho entrega de la insignia a Casillas, sino que también lo ha hecho con Xavi Hernández, otro de los nombres claves de nuestro fútbol, con el que Iker recibió el premio Príncipe de Asturias.

Sara ha estado sonriente, feliz por su chico, con quien volverá a repetir la experiencia de la maternidad. La periodista ha escogido para visitar la Moncloa un vestido en color beige, de manga al codo y aberturas a cada lado de la falda. Ha combinado la pieza con unos zapatos con bordados y un bolso granate que hacía juego con su manicura. Iker estaba muy guapo con su traje azul marino, que hacía destacar mucho más la cruz dorada.

La pareja, que ya son padres de un niño que el próximo enero cumplirá dos años, volverán a tener otro hijo en 2016. Nos enteramos de la buena noticia hace una semana y, como veis, a la madre aún no se le nota nada el embarazo. Todo cambiará dentro de algunas semanas.

Y si su chico tiene el reconocimiento del Presidente, Sara tiene el mejor reconocimiento de todos, el del público. La periodista está encantada con su faceta de mujer de negocios, pues Slow Love, la tienda online que montó junto a Isabel Jiménez y Mayra del Pilar, marcha viento en popa. Ayer, día de fiesta en la capital, Sara lo aprovechó para estar en la oficina con sus amigas y socias y poner la tienda al día. Reuniones de trabajo que se hacen mucho más ligeras cuando las compartes con buenas amigas. Y con pizzas. Porque Instagram, que es muy chivato, reveló que este trío de bellezas se habían puesto las botas dándole al plato italiano.

Qué bien cuando el trabajo sonríe y la vida familiar es mejor de la que uno pudo haber soñado.

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