Raphael: "Álex de la Iglesia tiene un proyecto que he aceptado y voy a hacer"

Pedro Pernía

6 de octubre de 2014, 15:53

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Dice que sus nietos no le llaman abuelo porque están muy bien educados. Raphael reconoce, hinchando el pecho, que lleva más de medio siglo subido a los escenarios, pero eso sí, como la leyenda de Benjamín Button, el niño de Linares lo es cada año un poco más. Se reinventa como los grandes divos del pop, que él no pierde comba de lo que se hace en cada momento y, así, dice, sus fans son cada vez más jóvenes. Cinco generaciones, apunta, y cantando a lo de siempre. Al amor y al desamor. ¿A qué si no? De amor y de desamor se titula precisamente su último álbum porque, aunque parezca mentira, su relación con Natalia Figueroa también ha tenido sus altibajos. Pequeños, eso sí. “Sigo enamoradísimo de mi mujer”, confiesa, pero en el drama, con esa voz tan personalisima que no le ha abandonado, se siente más cómodo. Ya de joven, sin haber cumplido los 18, recuerda que le decían “con lo jovencito que es, cómo sufre por amar tanto…”.

 

Nuevo disco, nuevas canciones… ¿Sigues siendo aquel o ya eres otro hombre, Raphael?

Soy exactamente el mismo que el que era. Más evolucionado, eso sí… Soy un persona que no cambia, que evoluciona con los tiempos que corren. Yo estoy muy apegado a la realidad. Siempre lo he estado. Y me ha gustado estar muy al tanto de lo que se lleva y de lo que no. Sin perder mi origen.

 

Quizás por eso tus fans son cada vez más jóvenes….

Siempre han sido jóvenes. Tengo cinco generaciones detrás que me siguen. Y cada vez que enganchaba una generación eran jóvenes. Nuevos jóvenes. Lo que pasa es que ahora se nota más. Es más largo el tiempo que ha transcurrido… Cincuenta y cinco años… Pero los jóvenes siempre han llenado los teatros y los estadios para verme y eso siempre me ha sentado bien. Porque tengo una mentalidad muy joven… Soy joven, no ya tanto de edad edad (risas), pero de mente sí.

 

Eso es lo que te hace aguantar en el escenario cada año, aunque sea más de lo mismo…

Es que nunca es más de lo mismo. Cada día es distinto. Sí, es cierto, yo canto todos los días. Todos. Tengo concierto casi todos los días… Pero el escenario tiene un misterio, y es que cuando se sale a él, aunque sea mil veces, dos mil o cuatro mil, esa vez es distintas a las anteriores. Porque es otro público. Yo soy el mismo, pero el público es siempre otro. Para unos, el mejor día de su vida, otros estarán jodidos… Pues yo tengo que presentir todos esos estados de ánimo y tengo que trabajar por conseguir que todos, todos, se pongan de pie. Esa es mi pasión, esa es mi ilusión y quizás ese sea mi secreto.

 

'De amor y de desamor' se titula tu disco… ¿Desamor? ¿Tú que tienes una de las relaciones más sólidas del mundo artístico?

(risas) Hombre, no te voy a decir ni cuándo ni cuáles han sido mis momentos de desamor, pero los he vivido. Como cualquiera. Poquitos eso sí, y pequeños, pero también ha habido… Mira, cantar al amor es bonito, pero para un intérprete como yo, el desamor tiene más vida, más chiste. Te luces mucho más con el desamor que con el amor, ¿no te parece?

 

O sea, que forma parte del espectáculo. Con Natalia todo viento en popa…

Tenemos dierencias como todos los matrimonios, si no también sería un aburrimiento... (risas) pero yo sigo enamoradísimo de mi familia, empezando por supuesto por mi mujer. Pero el amor no te creas que es algo que te cae del cielo. El amor hay que trabajarlo, no se otorga y ¡hala!, ya está. Hay que trabajarlo y fortalecerlo a diario. Decir Buenos días todas las mañanas con buena cara y que te lo digan a ti igual. Hay broncas, claro, que hay broncas -esos son los momentos de desamor-, pero hay que resolverlas y cuanto más tiempo amas, más te conoces. Nuestro amor es longevo poque nos queremos mucho. Y confiamos. A estas alturas del partido no vamos a engañarnos. Si seguimos uno al lado del otro es porque hay amor.

 

¿Y de donde sacas las fuerzas para cantar todos los días?

Y yo qué se. No tomo nada (risas). Vamos, no me dejan ni un vasito de vino. Supongo que es por mi ilusión por las cosas y por la pasión. El otro día, un compañero de la profesión me veía entre bambalinas en un concierto y cuando yo iba donde estaba él, para beber agua o para secarme el sudor, me decía: 'pero ¿de dónde sacas las fuerzas?'. Y no lo sé. Pero es evidente que están ahí. Yo no bebo, no fumo, no trasnocho…

 

Cuéntame de qué va este disco.

Es el camino. Lo empecé tímidamente en el anterior y éste ya lo es descaradamente. Voy a regrabar toda mi carrera. Nada de éxitos remasterizados para las Navidades. Como la voz está conmigo, que la voz no se ha ido, sino que está ahí, voy a regrabar todo lo que he hecho. Mis éxitos y, sobre todo, aquellas canciones que no lo fueron tanto porque quedaron ensombrecidas por otras y que yo creo que se lo debo. ¿Para qué? Especialmente para descubrírselas a la gente joven. Que conozcan mi repertorio, que es inmenso. Mil y pico canciones. Que no tenga que ir ninguno al baúl de la abuela y lo tengan grabado de primera mano.

 

¿Y no habrá nuevos 'hits'?

No me he olvidado de lo nuevo. De hecho, el siguiente disco será un álbum de canciones que han hecho para mí autores jóvenes, nuevos. Me apetecía descubrir cómo me ven ellos, no quería recurrir a mis autores de siempre. Quería algo nuevo de gente nueva.

 

Porque eres referente para gente muy moderna, muy 'in'. ¿No te parece que Morrisey y tú tenéis algo en común?

No sé. No creo. Influir yo, no tengo ni idea… E influirme a mí… Bastante personalidad yo tengo como para pensar en imitar yo para hacer mis cosas…

 

Pero todos los 'indies' te tienen como piedra de toque. Actuaste en Sonoraza por ejemplo…

'Indie' es independiente ¿no? Es que eso es lo que yo soy: un señor independiente. Independiente total. He escuchado miles de opiniones y jamás he hecho lo que me decían que tenía que hacer.

 

¿Te sientes mito? ¿Un icono?

No. Una persona viva no puede ser eso. Ahora, una vez que me muera, que digan que soy lo que quieran, pero una persona tan vigente, tan viva como me siento yo, tan presente, no puede ser eso que dices.

 

Pero tus canciones son míticas para millones de personas. ¿Cuál es imprescindible para ti?

Tengo una canción barómetro. Si hay un día en que yo no pueda cantarla significará que ese día tengo que irme de vacaciones (risas)… 'Desde aquel día'.

 

Vacaciones te refieres a jubilarte, ¿no? No hay fecha para eso, me imagino.

Odio eso de 'jubilarme'. Qué manía (risas). La jubilación depende de cómo estés y la naturaleza es muy sabia. El día que no pueda cantar, que no me salga el 'Desde aquel día', ese día lo sabré… Pero hasta entonces, nada de giras de despedida. Ya sabes lo que pasa…

 

¿Qué pasa?

Que siempre vuelves. (risas)

 

En este álbum has trabajado con Manuel. ¿Cómo es eso de trabajar mano a mano con tu hijo?

Es estupendo. Manuel te dice las cosas muy bien dichas, aunque me esté echando la bronca y se meta conmigo, me lo dice muy bien. Me lo dice bonito. Es un placer.

 

¿Cuándo volverás al cine?

No me he ido nunca (risas). Claro que voy a volver. Álex de la Iglesia tiene un proyecto que yo ya he leído, he aceptado y voy a hacer, si todo va bien, muy pronto. Me apetece mucho después de tanto tiempo sin ponerme delante de la cámara y espero hacer reir mucho a la gente.

 

Un hombre con tanta vitalidad, con tanto trabajo encima… ¿Cómo te sientes cuando te llaman “abuelo”?

Mis nietos están muy bien educados (risas). Si yo a ellos no les llamo “nieto” sino por su nombre, ¿por qué ellos me van a tener que llamar a mi con esa palabra? Es que no me gusta nada. En inglés, en francés… se utiliza una palabra más bonita “Grand…” lo que sea, pero en español tiene un sentido que no me gusta…

 

Qué coqueto eres...

No es coquetería, si la edad ya te la ponen hasta en Google. Todo el mundo la sabe si busca tu nombre. Yo, de hecho, cuando quiero saber algo de alguien también lo hago y cuando veo la edad digo: ya nos vamos entendiendo… (risas)

 

La edad es un estado de ánimo…

No, no, no hay que obligarse a decir cosas bonitas, la edad es la que uno tiene…

 

Y si hicieras borrón y cuenta nueva de tu carrera y la oyeras por primer vez, ¿qué dirías?

Qué buena voluntad tiene este chico. Y te voy a contar algo que no sé si he contado ya alguna vez. Cuando era muy joven y cantaba en una sala de fiestas, que aún no tenía ni 18 años y mi padre me tenía que dar permiso para hacerlo, cantaba yo una canción que se titulaba 'Inmensidad' y una señorita que estaba allí con un señor haciendo sus cosas dijo: hay que ver lo que sufre por amor este chico con lo joven que es (risas). Y así sigue este chico…

 

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