"Me avergüenzo de mi país, de mi Gobierno y del jefe de Estado" por no "implicarse en la lucha del pueblo saharaui". Éstas eran las incendiarias palabras que pronunciaba Pilar Bardem en la edición de 2015 del Festival de Cine de Sahara de Madrid. El marco sigue siendo el mismo e igual de combativo, pero las fuerzas de la actriz, desafortunadamente, están ya lejos de ser las de hace dos años, aunque no sus fuertes convicciones a favor de los más necesitados.

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portada FiSahara

La madre de Javier Bardem no quiso perderse la cita con el cine y el compromiso social este pasado viernes durante la inauguración del nombrado festival, pero su estado de salud es cada día más preocupante. La degradación a la que la está sometiendo sus graves problemas respiratorios se ha hecho cada vez más evidente en su rostro, más blanco, demacrado y con profundas ojeras. Pilar Bardem, de 78 años, sigue sin poder despegarse de su botella de oxígeno y, en esta ocasión, tuvo que contar con una asistente que la ayudara a moverse.

Durante la presentación en la que estuvieron Dani Rovira y Clara Lago, la veterana actriz tuvo que recibir ayuda para posar en el 'photocall' y ocupar un asiento en el escenario para que no la venciera la fatiga. Aunque su lucha ahora sea con sus problemas de salud, sus incansables ganas porque el drama del pueblo saharaui no quede en el olvido no pueden ser más encomiables.

Desde su última aparición pública junto a su hijo Carlos este pasado marzo, la actriz parece mostrar signos de que su salud es cada día un poco más delicada. En 2000, le diagnosticaban cáncer de pulmón y colón y vencía a la enfermedad sometiéndose a dos operaciones consecutivas. Sus problemas respiratorios le dieron el primer susto hace cuatro años y la obligaron a permanecer ingresada en el hospital Ruber Internacional de Madrid. Aquel achaque ha ido debilitando sus fuerzas, pero solo las físicas.