El pasado 15 de septiembre el Príncipe Harry cumplió 31 años. El hijo menor de Diana y Charles celebró su aniversario recién llegado de una estancia de tres meses en África de la que se trajo un montón de experiencias al límite, muchos recuerdos...y una frondosa barba pelirroja.

El pueblo inglés ha recibido con algarabía el paso del pequeño Príncipe de niño a hombre, llegando a otorgarle el título de 'His Royal hotness' y le sigue la pista a su barba como si se tratara de una auténtica cuestión de Estado.

Cuando Harry volvió de África la barba estaba en un frondoso estado 4. Pero, para disgusto de sus seguidores, se la rasuró en su cumpleaños y apareció en un acto oficial tan lampiño como siempre. La semana pasada, sin embargo, el Príncipe reapareció junto a su hermano Guillermo en un acto oficial en Manchester, en la construcción de viviendas para veteranos de las Fuerzas Armadas. Y lo hizo, para delirio de los fans del pelo facial con un casco customizado, uniforme de paleta y una barba despeinada y frondosa.

No es la primera vez que el díscolo hermano pequeño del Príncipe Guillermo deja que su vello facial crezca alegremente. En 2013 también hubo un amago barbudo, a la vuelta de una expedición por la Antártida. Parece que el Príncipe aprovecha sus viajes expedicionarios para dejar que el vello crezca. Pero éste no dura mucho: se supone que lo que tarda su abuela, alérgica a todo lo que se salga de las normas protocolarias, en ponerle una 'Gilette' en las manos.

Hoy, Inglaterra se divide entre los que aplauden la barba pelirroja del hermano del heredero y los que lo prefieren con un aspecto más institucional. Mientras su hermano mayor lucha contra una halopecia galopante que en su momento ya preocupó a todo el país, el Príncipe Harry presume de toda una barba real cuyo crecimiento y evolución los medios siguen de lo más atentos.

La barba del Príncipe Harry es el enésimo signo de rebeldía de este heredero que nunca ha parecido encajar en las estrictas normas de palacio. Desde el polémico disfraz nazi por el que tuvo que pedir perdón públicamente, hasta las juergas en Las Vegas (con fotografías de su desnudo real incluidas), pasando por insultos racistas a sus compañeros de clase y acabando en una estancia obligada en una academia militar,  el Príncipe Harry siempre ha sido un rebelde sin causa en la Corte inglesa.

Repasamos en la siguiente galería el estilo más reciente de este Rebelde de Buckhigham.