El gesto de la infanta Cristina con su hijo, Pablo Urdangarin, que demuestra cómo es su relación

Nacer dentro de la Familia Real española tiene sus ventajas, algo que bien sabe gente como Victoria Federica, que saca todo el partido posible a su linaje y a la que no se conoce profesión hasta la fecha, pero esto también tiene sus inconvenientes. Las hijas de los reyes van a ser conocidas y estar expuestas a la opinión pública quieran o no, pero los hijos de las infantas Cristina y Elena han podido elegir sus caminos. Mientras que algunos han optado por llevar una vida pública, otros como los Urdangarin intentan mantenerse en un discreto segundo plano siempre que pueden, algo en lo que la infanta Cristina parece apoyarles por completo.

La infanta Cristina apoya la decisión de su hijo Pablo

De los hijos de la infanta con Iñaki Urdangarin uno de los que más ha dado que hablar es Pablo Urdangarin (24 años), jugador de balonmano profesional en el Fraikin BM Granollers de la Liga Asobal al que conocemos desde que nació por ser parte de la Familia Real. Aunque este ha conseguido hacerse un nombre en el mundo del deporte, siguiendo los pasos de su padre, parece que Pablo quiere “desligarse” de todo lo que tenga que ver con la Corona, una decisión que respeta totalmente su madre.

Ha sido el medio ‘Monarquía Confidencial’ el que ha comunicado la decisión del joven, que quiere ir poco a poco independizándose de la institución. Y esto no es solo algo que Cristina acepte en su segundo hijo, ya que este medio asegura que piensa tomar la misma actitud con todos sus primogénitos, a los que respetará en cualquier caso. Estos comentan que la infanta cree que lo principal es que sus hijos se formen académicamente y tengan un buen futuro profesional lejos de la Casa Real, no exponiéndoles casi nunca a los actos públicos a los que deben acudir por tener el apellido Borbón.

Cristina quiere proteger a sus hijos

Este medio asegura que quien más le preocupa es la benjamina de la casa, Irene, sobre todo por la posible influencia que tendría sobre ella su prima, Victoria Federica. La hija de la infanta Elena no ha estudiado nada ni tiene un trabajo conocido más allá de sus post en redes sociales o su participación en programas como ‘El Desafío’, siendo uno de los miembros de la Casa Real más polémicos y más expuestos, tanto que este fin de semana se la pudo ver en público con su nuevo novio.

Esto es algo que ya se ha hablado no sería del agrado de su madre y al parecer tampoco lo es de su tía Cristina, que querría que Irene tenga un perfil mucho más discreto que Victoria Federica, centrándose en su educación en estos momentos. Ya se ha hablado bastante sobre el noviazgo de Irene con Juan Urquijo, hermano de la mujer del alcalde de Madrid, por lo que Cristina temería que esta siga el patrón de su prima. El citado medio comenta que gente del entorno de la infanta les han asegurado que “las infantas están unidas. Se llevan excelentemente, aunque tienen rifirrafes, como todas las familias. El problema es que Cristina se niega a crear una vinculación entre las primas y que Irene se vea envuelta en polémicas de fiestas”.

Estos aseguran que “cuando han coincidido en Madrid y han salido juntas, Cristina no ha estado tranquila” ya que esta “no quiere que Irene se parezca a Victoria Federica; quiere que forme su futuro estable, centrado en una carrera y alejada del foco mediático”.

Pablo Urdangarin, centrado en su carrera deportiva

Aunque es consciente de que es un personaje que interesa por ser hijo de quien es, el que parece haber conseguido tener una vida tranquila alejado de los medios es Pablo, algo que no siempre ha sido fácil: “Si quiero quedar con amigos y está la prensa, lo bloqueo, me olvido de ello y ya está”, comentaba recientemente en una entrevista para Televisión Española.

El joven ha seguido los pasos de su padre como jugador de balonmano, algo de lo que se siente especialmente orgulloso: “Que me comparen con mi padre significa que algo estoy haciendo bien, soy como la versión mini, la versión un poco más ágil y frágil”, comentaba, asegurando que su padre se ha convertido en un enorme apoyo en su carrera, tanto que le “ayuda mucho en temas mentales, mucho más que en temas de balonmano. Siempre le llamo antes de los partidos”.

Además, Pablo aseveraba que entre sus compañeros de equipo todos le ven como uno más: “Los del vestuario me tratan como uno más, soy un tío normal que caigo bien, saben que pueden decirme cualquier cosa”.