Muere Carmen Sevilla a los 92 años: recordamos su apasionante vida en 22 imágenes

Desde la infancia, la vida de Carmen Sevilla siempre estuvo impregnada del arte y de la cultura. En su casa, gracias a su padre y su abuelo, puesto que el primero compositor y el segundo escritor satírico, siempre la animaron a formarse como artista y desde bien pronto cursó estudios en el conservatorio. Siempre rodeada de artistas, Estrellita Castro se convirtió en su gran valedora “Yo empecé porque un día fui a llevarle unas letras a Estrellita Castro, que le había escrito mi padre. Se las acerqué al teatro Calderón, donde ella hacía un espectáculo; y ella me dijo, ‘¿tú te atreverías a subirte ahí al escenario y a bailarme unas sevillanas?’ Y yo le dije que claro que sí. Y subí y me bailé mis sevillanas”. La fichó al momento. No podía dejar pasar a esa adolescente con un tremendo desparpajo y la contrató como bailarina. En 1947 daba el salto de los teatros al cine, con un pequeñísimo papel que no le acreditaron.

Su gran oportunidad llegó dos años más tarde. En 1949 obtuvo su primer papel protagonista y, nada menos, que al lado de toda una estrella internacional, Jorge Negrete. ‘Jalisco canta en Sevilla’ se convirtió en todo un éxito y su carrera como intérprete despegó.

En 1952 estrena uno de los títulos clave de su filmografía,  'Violetas Imperiales'. La protagoniza al lado del tenor Luis Mariano, y en el filme da vida a una gitana que le avanza su futuro a la emperatriz Eugenia de Montijo. Tras acertarle su matrimonio con Napoleón III, la joven Eugenia le pide que sea su mano derecha y persona de confianza, por lo que tiene que trasladarse a París; donde conocerá al primo de la emperatriz, del que se enamora. Fue una coproducción hispanofrancesa y, tras esto, ya tuvo claro que los proyectos en el extranjero le iban a llover.

Trabajó en producciones internacionales en Francia, México y Estados Unidos. Los estudios la adoraban y Hollywood la reclamaba a gritos. Todos querían a esta veinteañera de Sevilla de enorme desparpajo. Richard Kinley, Frank Sinatra, Yul Brynner… Los años cincuenta fueron suyos. Podía hacer tres películas por año, siempre interpretando papeles destacados, llegando a participar en el primer filme español que optó al Oscar a Mejor Película en Lengua Extranjera.

"Mis primeros sueldos eran de 6 duros, que, aunque trataba de usarlos para ayudar en casa, me los gastaba en pasteles", reconoció entre risas Carmen Sevilla en alguna entrevista. Pero eso solo fue al principio pues en los 50 ya era la actriz mejor pagada del cine.

Consiguió lo que nunca antes había logrado una actriz española: que un estudio tan importante como la Paramount le propusiera un contrato de larga duración. Cinco años en contrato de exclusividad que acabó rechazando porque necesitaba regresar a casa por su familia.

En 1961 se casa con el compositor Augusto Algueró. La cantante y actriz está en su mejor momento, tanto personal como profesional. Ha conocido al hombre que se convertirá en su primer marido (pero no será su gran amor), y acaba de rodar la superproducción religiosa 'Rey de Reyes' en Hollywood, donde hace de María Magdalena. 

La pareja se convertirá en padres en 1964. Su único hijo, Augusto Jr. nace en pleno verano, y la dicha les envuelve. La artista deseaba ser madre y tener una familia grande pero será un deseo que no llegue a cumplir. El trabajo la mantenía completamente alejada del niño, algo que siempre lamentará. "Lo llevo dentro de mi alma. Se me pasó un tiempo maravilloso a su lado. De verlo crecer, de criarlo. Volvía de trabajar y él ya estaba dormido, no podía ni darle un beso de buenas noches. Se me pasó ser madre de verdad", le contaría a María Teresa Campos en una entrevista. 

La artista era consciente de todas las infidelidades de su marido. La tensión entre ellos era máxima y la pareja se separó a mediados de los años 70 y poco después Carmen empezó una relación con el que sí que fue el hombre de su vida, Vicente Patuel. 

Carmen es una de las primeras actrices que dicen sí a uno de los géneros más atrevidos y que marcan nuestra historia, el destape. La intérprete sacó partido a ese lado pícaro disfrazado de inocencia tan suya y protagonizó numerosas películas que hubieran estado más que prohibidas años atrás.

Llevaban 11 de años relación cuando finalmente se casaron. Fue una boda extraña, protegiendo la exclusiva millonaria. No avisaron ni al hijo de ella y todo fue un paripé raro con gente que no conocían de nada. Había que proteger hasta el final la sorpresa.

Carmen Sevilla estaba extasiada al lado de Vicente Patuel. Hasta llegó a renunciar a su carrera por él. “Me dijo, tu quieres el cine o a mí. Y yo le dije, 'lo que te quiero es a ti, mi vida. Y terminé totalmente y ya no hice más películas”, contó. Se trasladó entonces a una finca en Extremadura, para vivir su amor en soledad con el empresario. Rodeada de ovejitas y el piar de los pájaros, tanto silencio a veces se le hacía cuesta arriba. "Al principio pensaba, ¿podré resistir esto?".

Carmen se alejó de la vida pública pero también, y, en cierto modo, de su hijo Augusto. Estaba recluida en el campo y aunque decía estar muy tranquila, añoraba su antigua vida. 

Cuando parecía que no volvería a primer plano, Valerio Lazarov le propuso el programa que cambió su vida. En 1991 empezaron las grabaciones de 'El Telecupón' y estuvo en antena hasta 1997. La popularidad de la sevillana volvió a estar por las nubes. El público la adoraba. Además, conectó con una nueva generación de espectadores que no conocían su faceta de actriz. Había renacido de nuevo.

Los despistes de Carmen Sevilla se convirtieron en marca de la casa. Su seña de identidad. Algunos inintencionados y otros, buscados. Uno de los más famosos fue cuando, sin darse cuenta, salió en antena en pleno 'Telecupón' luciendo sus zapatillas de andar por casa. Un 'tierra, trágame' que ella supo usar en su beneficio y convertirlo en uno de los momentos más divertidos de su carrera televisiva

Íntima amiga de Lola Flores, de Rocío Jurado, de Sara Montiel, de Paquita Rico ¡de todas! Pioneras en eso de la sororidad, sin saber que estaban haciendo un ejercicio de lo más feminista. Siempre apoyando a sus compañeras, siempre de la mano, siempre felices por los éxitos de las otras.

Vicente Patuel fallece en su finca de Extremadura a los 68 años víctima de un infarto. Carmen Sevilla está con él, pero la repentina muerte de su marido la deja completamente destrozada. Se enfrenta a uno de los momentos más tristes de su vida. "Fueron treinta años y ha sido el ser que más he querido en vida, aparte de mi hijo. Yo he sabido lo que es el amor", dijo entre lágrimas.

Fue uno de sus últimos regalos televisivos. 'Cine de barrio' le permitió charlar con grandes amigos y compañeros de profesión, compartir anécdotas y risas. Seis años más tarde se retiraría de la profesión en el mismo sillón desde el que tantas tardes dio paso a las películas de su vida.

Obtuvo numerosos reconocimientos, pero el que más ilusión le hizo fue recibir, de manos del rey Juan Carlos, la Medalla al Mérito de las Bellas Artes. Todo su trabajo se veía recompensado con este galardón 

Fue toda una precursora en esto de los talent-shows con famosos como concursantes. Antes de que Isabel Pantoja sufriera penas en 'Supervivientes', o que Tamara Falcó descubriera lo bien que se le daban los guisos, ella dijo sí a un concurso que no tenía nada que ver con lo que estaba haciendo. Con 75 años dijo sí a 'Mira quién baila', es más, se postuló ella misma a concursante. Había visto la primera edición del programa, y quiso estar en la segunda. Se lo pasó en grande, volvía a hacer aquello mismo con lo que había empezado su carrera: bailar. Pero esta vez no eran sevillanas, eran hip-hops, tangos o ritmos latinos. Nada se le resistía. 

Conforme los años pasaban, su hijo pasaba de ser importante en su vida a imprescindible. Tras la muerte de Vicente, Carmen se quedó muy sola en la finca de Extremadura, así que volvió a Madrid, para estar arropada por él. Augusto Jr. la convirtió en abuela en dos ocasiones, aunque toda la generación que creció viéndola en 'El Telecupón' la sentía un poco como si fuera la suya propia. 

En 2010 anuncia que deja 'Cine de Barrio', la que fue su última casa televisiva. Padece Alzheimer, la misma enfermedad degenerativa que también tuvo su madre. La memoria de Carmen se va apagando paulatinamente y sus apariciones públicas se espacian. Cinco años más tarde, su hijo busca para ella una residencia donde pueda ser bien atendida. Con el paso del tiempo deja de reconocer a su propio hijo, que prohibe las visitas salvo a Moncho Ferrer, un buen amigo de toda la vida. Los días en su nuevo hogar pasan entre canciones que una vez cantó, besos en las manos de su hijo y miradas tiernas de esa que no recuerda quién fue pero que sigue transmitiendo la misma ternura de aquella Carmelilla que conquistó a Estrellita Castro con su gracia.