Bertín a Fabiola: "Tengo mucha suerte de que no seas una mujer controladora"

El cantante le confiesa que se siente muy solo trabajando fuera de casa y que la echa de menos

8 de julio de 2016, 12:24

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Nos colamos en la casa más televisiva del país, en la que Bertín Osborne recibe a sus invitados los miércoles por la noche en ‘En tu casa o en la mía’. Lecturas ha tenido el privilegio de conocer la cara más íntima del hombre de moda, a través de una entrevistadora de excepción, su mujer, Fabiola Martínez. La pareja nos abre las puertas de su domicilio, a pesar de lo accidentadas que han sido para ellos las últimas horas. El cantante padece una gastroenteritis aguda. La venezolana, por su parte, se ha lesionado la rodilla mientras movía un mueble del salón. Mientras nuestro equipo maquilla a la bella modelo, su hijo Kike termina su sesión de rehabilitación, llama “guapa” a su madre y le regala una sonrisa capaz de provocar el deshielo.


¿Qué comiste anoche, Bertín?
Paré a echar gasolina después de la función, pasado Ourense, tenía un hambre horrible. Vi a la derecha un restaurante. Era un sitio surrealista en el que había monos de peluche sentados en las mesas. Cuando me dieron la carta vi que ponía que eran especialistas en carne de todo tipo: cebra, búfalo, camello, cocodrilo, serpiente pitón.

Y la pitón te ha dado pitón, pitón.
Nada más entrar en el restaurante vi una foto de Mario.

¿Vaquerizo?
No, Conde. Tiene un pazo al lado del restaurante. Pensé: si viene Mario estará bien esto.

¿Qué comiste?
Mira. Me comí la pitón, un trozo de búfalo y la guarnición que me pusieron. Cuando llegué a las tres y media de la mañana a casa, ya estaba un poco ‘chungaleta’, me dolía un poco el estómago y a las 5 de la mañana pensaba que me moría. Debía estar podrida la pitón.

Bueno, vamos al lío. ¿Cómo vas a celebrar mi cumpleaños? ¿Me vas a sorprender?
Sí, y como es sorpresa no te lo puedo explicar [risas y mueca de dolor]. Será una sorpresa mayúscula para los dos.

¿De verdad o es porque te estoy entrevistando?
Lo tengo todo en la cabeza.

¿Me tienes miedo en este momento en que tengo el poder de preguntar?
No me jodas. Bueno, depende. ¿Por qué te voy a tener miedo?


Siempre das a entender que soy una bruja, que soy muy sargento y te meto mucha caña.
Solo eres brujita, no llegas a la categoría de bruja.


¿Me tengo que ofender?
No, no. Los dos tenemos mucho carácter y yo muchas veces tengo que tirar la toalla para no tener problemas, porque siempre que tenemos una discusión se organiza un chocho de miedo.

Podrás leer la entrevista exclusiva al completo en la revista Lecturas.


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