Ascenso, muerte y resurrección de las Flos Mariae, ¿qué ha sido de ellas?

Las hermanas Flos Mariae, que se hicieron virales hace unos años por sus canciones religiosas y que ahora habrían inspirado la nueva ficción de los Javis, ‘La Mesías’, han pasado por numerosos estadios de fama. Ahora, ‘resucitadas’ tratan de labrarse una nueva identidad

foto autor Conchi
Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

Flos mariae

“Acabo de tener esta conversación con Dios”. El personaje de Lola Dueñas en ‘La Mesías’ reúne a su numerosa familia y, a modo de Noé, desvela el mensaje tan importante que le ha encomiado la deidad. “Quiero que tus hijos salven el mundo cantando y bailando”. Ese es el punto de partida de la nueva serie de los Javis pero también lo fue de uno de los proyectos más virales de la última década. En 2014, las Flos Mariae, instigadas por su madre, María Durán, y tras haber tenido la misma revelación de salvación, colgaban en YouTube su primera canción. Después de esto ocurrió lo que nadie esperaba, o quizás María sí. El diluvio universal. Pero no de lluvia, sino de visitas. Aunque también de peleas.

Flos Mariae “como una loncha de queso”

Y ya sabes cómo continúa. “En un sandwich preso”. Porque esa canción la cantamos absolutamente todos, aunque quizás no con la devoción que estas siete hermanas, Alba, María, Flor, Estel, Victoria, Patricia y Montserrat, esperaban. Alcanzaron más de 15 millones de visualizaciones, y ahora que las Flos Mariae vuelven a estar de actualidad, subirán aún más. Aunque su grupo haga años que no existe, y algunas de ellas ni se hablen. Pero vayamos por partes. 

María Durán es la artífice de todo esto. Ella dio vida, literal, a Flos Mariae. De sus entrañas salieron estas hijas de pelo espeso y melena eterna, con looks más cercanos a los de ‘Las vírgenes suicidas’ que a las propuestas de Bershka que llevan las chicas de su edad. Ellas rechazaban todo esto de pleno. Lo mundano no era para estas jovencitas a las que se les había encargado la tarea de transmitir las enseñanzas de la Biblia. La progenitora de todas ellas había padecido un cáncer y pidió a Jesús que, si sanaba, dedicaría sus fuerzas (y las de sus hijas) al apostolado. Y España entera coreó la metáfora láctea. 

La vida de María Durán no fue fácil. Así que, para ella, la religión fue su tabla de salvación durante años. Se casó siendo menor de edad y pronto se convirtió en madre. En total, tuvo 16 hijos, aunque dos de ellos murieron. Conoció lo que era el calvario al lado de un primer marido maltratador que la hizo vivir un auténtico via crucis que llegó tras la primera bofetada. “Me pegaba muy fuerte y me maltrataba, también psicológicamente, incluso no me dejaba rezar, ni tener fe en Dios ni ir a Misa... Pedí la anulación y me la concedieron”, escribió la propia María en un foro religioso. 

Tras ese matrimonio, María Durán sintió que su ‘salvación’ había llegado al conocer Javier Bellido. Él adoptó a sus tres hijos mayores y juntos tuvieron trece más. Y fue entonces cuando ocurrió el ‘delirio Von Trapp’.  

Los Durán Bellido, hijos sin escolarizar y “niños del Diablo”

“En esa familia, hay niños que llevan sin pisar un colegio desde hace dos años”. Los primeros que denunciaron las condiciones en las que vivían los 16 niños fueron los propios familiares. De hecho, la prensa de la época, antes de que fundaran las Flos Mariae, les dedicó algún que otro titular en medios locales. “Una pareja de Santa Coloma tenía a 9 hijos sin escolarizar y en malas condiciones”, recogió el programa ‘Focus’, que dedicó un especial a este fenómeno religioso que trasciende la música. 

Por supuesto, no todos los hijos de María Bellido estaban conformes con esto. Los mayores, en cuanto tuvieron oportunidad, volaron del nido. El mayor de ellos ha desvelado cómo era su realidad. “De pequeño mi madre siempre me decía que era el malo”, contó, “una mala bestia poseída por el Diablo”, le llamaba. Él explicó que la vida de su madre no era como esta había vendido. Decía que María Durán “era presa de la culpa de los extremos a los que había llegado” y que, tras ello, “abrazó la fe cristiana como una luz que le salvaba de su incontrolable deseo de... ¿Amor, placer, maltrato, unión...?”.

Estos hermanos, completamente fuera de la familia, han tratado por todos los medios de recuperar el contacto con los más pequeños. Incluso, hasta escribieron a su padre para que este intercediera como vínculo de unión. “¿Cuántos años llevamos ya sin hablarnos? Y no es porque nosotros no lo hayamos intentado”, les dicen en uno de sus gritos desesperados lanzados a través de las redes sociales. “¿Cuántas veces os hemos escrito y ni os habéis molestado en responder? Somos vuestros hermanos mayores, aunque pensemos diferente”. Además, les recuerdan que son ellos los que siguen cerca de la familia, “de los abuelos, tíos y primos, aquellos a los que habéis abandonado”, añadiendo aún más peso a la teoría de que los padres apartaron a sus hijos de absolutamente todo. De la escuela y de los otros familiares. Necesitaban todo su tiempo para dedicárselo a Jesús.

Flos Mariae, el éxito en medio de la muerte

En 2012, a María Durán se le diagnostica un cáncer y tal y como cuentan sus propias hijas, “sanó gracias a la voluntad de Dios, Jesús y la virgen María”. Fue entonces cuando puso en marcha el fenómeno Flos Mariae con siete de sus hijas como protagonistas. Grabaron vídeos y escribieron canciones. Y en 2014 arrasaron quizás por la confusión inicial que provocaba en quienes las veían. ¿Eran reales? ¿Una parodia? Lo cierto es que en ellas no había una pizca de ironía. Ni en lo que cantaban, ni en sus estilismos. Todo era real cien por cien. Todo respiraba Durán Bellido y la asfixiante atmósfera salvadora que se vivía en casa.

Lamentablemente, María no pudo disfrutar demasiado del éxito de sus hijas. El 2015, debido a un fallo cardiaco fallecía con solo 54 años de edad. Sus hijas colgaron un vídeo dando la noticia de su muerte. “Nuestra madre nos pidió reiteradamente que, si moría, siguiéramos cumpliendo nuestra promesa”. Y cumplieron. E, incluso, diversificaron su negocio.

 

Ya no se trataba solo de canciones, ahora también eran empresarias. Lanzaron una marca de ropa, Meyalayer, que se impregnaba de su esencia estilística (faldones, estampados, raso, colores pastel…); fundaron una web para poner en contacto a casaderos y casaderas cristianos para que así pudiesen fundar sus propias familias y hasta crearon una editorial, quizás para contener los más de 400 textos que dios le había dictado a su madre.

Peleas y roces: el fin de las Flos Mariae

A pesar de ser hermanas, tampoco pudieron escaparse a la maldición de todo grupo: su propia disolución. Empezaron las peleas, las tensiones y las discrepancias. Entre ellas ya no se respiraba el mismo ambiente de paz que pretendían transmitir. En 2021, el grupo se separó en dos subgrupos, por un lado Mariah’s Pop, con Montse, Patricia y Flor, que sigue en activo y lo recuerdan a través de continuos Tiktoks que, por supuesto, dedican a su madre y a la virgen. Y, por otro lado, 4HBD, Victoria, María, Alba y Estel, cuya formación ha tenido menos visibilidad y se detuvo el mismo año de su formación.

Los otros hijos, los expulsados de la familia, que ni pudieron despedirse de su madre, porque así lo dejó especificado su padre en el tanatorio, sueñan con poder reunirse con ellas. Sus hermanas, mientras, seguirán dedicando canciones al cielo, que lo mundano parece no salirles a cuenta.

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