4 cosas más absurdas que el sujetador más caro del mundo

El Fantasy Bra no es tan ridículo como podría parecer

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foto autor Conchi
Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

Cada año, la firma Victoria’s Secret anuncia qué modelo será la encargada de lucir su creación más ostentosa, el sujetador de diamantes, el 'Fantasy Bra' y cada año nos llevamos las manos a la cabeza al recordar su precio. Venga, hagámoslo una vez más: 1.8 millones de euros (¡no puede ser! ¡madre mía! ¡qué barbaridad!).

Casi dos milloncejos destinados únicamente a dar promoción a la marca de lencería, que como objetivo tampoco está mal. Un dineral que muchos consideran despilfarrado y una verdadera absurdez dado el poco tiempo en la pasarela que tiene la prenda. Pero amigos, vivimos en un mundo en el que lo absurdo triunfa. Triste pero cierto, y esta carísima pieza de corsetería no es un ejemplo mayor de los que hoy vamos a repasar. Con todos vosotros: 4 cosas que hacen parecer algo útil al sujetador más caro de mundo:

  1. Los 'agrandalabios'. Sí, son una cosa que realmente existe y que hace unos meses se puso tremendamente de moda entre los adolescentes para lucir unos morritos como los de Kylie Jenner. Última hora: lo de Kylie son infiltraciones de colágeno. Por ese motivo muchos jóvenes se dedicaron a provocarse hematomas en la zona de la boca mientras hacían vacío con todo lo que tuvieran por casa, botellas, tapones… en fin, un espectáculo dantesco.
  2. Tatuarse a una persona porque crees que la admiras, indagar más en su historia y descubrir que no te mola nada. Ha pasado. Y en concreto le ha pasado a Megan Fox, una mujer a la que le pareció muy sexy llevar el retrato de Marilyn Monroe en el antebrazo porque quería imitarla hasta que ¡¡¡BOOM!!! Leyó su biografía (o la consultó en Wikipedia). De repente, a Megan ya no le gustaba Marilyn, ya no era su ídolo, no la quería imitar en nada. Vio que estaba cargada de negatividad y que su vida no fue precisamente un camino de rosas. Tras muchas sesiones de láser, Monroe ya va camino de desaparecer de la anatomía de Fox, eso sí, a esta le ha quedado una lección para toda la vida: antes de tatuar, hay que interesarse un poquito por quién nos tatuamos.
  3. Gastarse 50.000 dólares en una máquina espanta fantasmas. Al lado de esto, nada tiene parangón. ¿Y quién desembolsó semejante cantidad para tener una casa ‘ghost free’? Lady Gaga hizo tal compra para disfrutar de un hogar imperturbable por las almas en pena. No sabemos si le funcionó o si la compra era solamente un señor lazando agua bendita a discreción.
  4. Derramarse por encima una botella de los champanes más caros del mundo. Lo hizo Beyoncé en uno de sus videoclips. Una ostentación de poder y de dinero realmente absurda cuando toda la humanidad sabe que está por encima del bien y del mal. Además de absurdo, es totalmente innecesario.
  5. El famoso sujetador de Victoria’s Secret. Cuajadito de piedras preciosas, pesando un quintal y el honor máximo para una modelo de la firma. Con él adquiere visibilidad tanto el ‘Ángel’, este año Lily Aldridge, como la pieza, mientras todo el mundo se pregunta ‘¿pero de verdad alguien se pondría eso?’. No, ya te contestamos nosotros. No sirve para nada más que para que se hable de la marca, y lo consigue año tras año, generando una enorme publicidad. ¿Veis como, al final, el dichoso sujetador no era una absurdez más?
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