Perdió a su marido y a su hijo de tan solo tres años. “Mi familia eran cuatro y solo quedamos dos. Ya no les voy a tener más.”. Ana, vecina del municipio de Sot de Chera, uno de los que más consecuencias sufrió con el paso de la DANA, abría la puerta de su casa a Jesús Calleja. El aventurero se preparaba para una de esas entrevistas que nunca más va a poder olvidar. “Mi niño era el que siempre estaba conmigo, le echo mucho de menos. Es lo peor que llevo”, le relataba.
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Con una entereza encomiable y con la lucha por la dignidad tanto de su familia como de todas las que lo perdieron todo con la DANA, Ana se sinceraba. “Mi hija tiene pesadillas. Yo aguantando, aún no lo he asimilado”. Han pasado meses pero el dolor sigue instalado en la piel de todos. Especialmente de los que perdieron a sus seres queridos. También sus casas.
“Empezaron a reventar todos los cristales, la puerta salió por los aires. Salimos al balcón y aquello era un mar. No había nada”, le explicaba ante la mirada atónita de Calleja. El presentador no lograba articular palabra. Se rompía ante lo que le contaba Ana. “La cara de mi marido fue... No se me va a olvidar en mi vida”, confesaba.
Un testimonio desgarrador
“Mi marido me dijo que nos íbamos a morir, que el edificio no iba a aguantar, que iba a colapsar, se iba a caer y que íbamos a morir los cuatro”. explicaba en el programa. “Él se fue para seguir mirando. En ese momento la mitad del edificio cayó con él. Y, justo cuando volví con mis hijos, caímos”. Fue el momento en que se dio cuenta de que todo había terminado.
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“A mi niño le cayó una viga y le mató en el acto. Solo le dio tiempo a decir 'mama'. Empecé a llamarle y supe que había fallecido, no contestaba”, narraba.” De repente oí a mi hija chillar, me di cuenta de que estaba viva. Llamaba a su hermano, y tuve que decirle a una niña de ocho años que no le llamara, que estaba muerto. Tienes que ser fría y pensar en que tu hija está viva y sacarla de ahí. No sé cómo lo hice, pero salí y saqué a mi hija”.
Las dos permanecen juntas desde entonces. “Mi marido fue como un animal por ese río... Apareció al mes en Villamarchante, que está a 50 kilómetros de aquí”, explicaba. Sin poder superar nada de lo vivido, debe seguir adelante por su hija. Calleja no podía más que arropar a Ana y fundirse en un intenso abrazo. Era uno de los momentos más difíciles de su paso por televisión. Y, probablemente, de su vida.