María Dolores de Cospedal ni se ha enterado de nada ni escarmienta. Se planta en Barcelona el sábado y reconoce que hubiera aplicado antes el 155 y con mayor dureza.

Cospedal es un ser inquietante, por recurrir a un eufemismo. Me niego a pensar que una señora como ella pueda llegar a tener el poder necesario para tomar decisiones que afecten a mi vida cotidiana. Han sido demasiados años sometidos al yugo moral del PP para que la marcha de Rajoy no sirva de nada.

Necesitamos gobernantes modernos que miren al futuro, no políticos anclados en el pasado que nos obliguen a vivir la vida en blanco y negro. La gente que vota al PP merece que esos dirigentes antañones den un paso atrás y dejen paso a jóvenes renovados. Y con ello no me estoy refiriendo ni a Pablo Casado ni a Andrea Levy precisamente.