Desde que descubrió la fe, su hermana Ana (Boyer) no solo recogió el testigo del glamour de su madre, sino que lo hizo declarando que ella, Tamara, ya no es como antes. Que ya no le gustan las fiestas. Que no es la misma.

De hecho, hasta sugirió que pensaba dejar el mundanal ruido y buscar refugio en los brazos de Dios. Que pensaba meterse a monja. Pero los hábitos no son para Tamara. Al menos, por ahora. Lo material, dice, le tira mucho. Demasiado. También desmiente que cobre dinerales (150.000 euros) por prestar su imagen a joyerías como Folli Follie aunque una alergia repentina la obligue a maquillarse más de lo debido. “C’est très faux”. Niega, pero en francés. Porque hasta para eso la Falcó Preysler tiene el chic subido porque el pavo, afirma, ya lo ha pasado. “Tengo 31 añitos. No soy una niña”, advierte con convicción. Pero hay cosas, como el hambre en el mundo, que la siguen sorprendiendo.

Tu hermana nos anunció que pensabas entrar en un convento.

- ¿Qué me iba a meter a monja? No fue así… Pero, bueno. Por ahora no. Si, de repente, siento que la vocación me llama, me meto.

¿Por ahora?

- Sí. Quién sabe. Ahora no, porque antes que monja, tendría que ser novicia.

Tu hermana dice que no es nada religiosa…

- Igual que yo antes. Los valores cristianos le tienen que surgir un poco… Y aunque es verdad que hay que evangelizar, no se tiene que forzar a nadie.

¿Qué te parece el Papa Francisco?

- El Papa es la pera.

¿El anterior no te gustaba tanto?

- Me encantaba el anterior, lo que pasa es que este, este es franciscano. Tiene como referente a San Francisco de Asís y tal, muy pobre, muy como la vida de Cristo… Es difícil competir con eso.

¿Te gusta la austeridad entonces?

- Para mí, no tanto. Pero me gusta que a él le guste. A mí me encantaría que me gustara más ser austera. Es verdad. Ojalá me gustara más, pero no. No puedo. Me gusta demasiado ponérmelo todo encima. Aunque ahora me ha dado por arreglar mi casa.

¿Por eso sales menos?

- Ya tengo 31 años. No soy una niña. Voy a otro ritmo. Ahora salgo más a cenitas, a hablar…

¿Y ahora buscas un chico para casarte más que para pasártelo bien?

- Si paso por la calle y veo a un chico y es guapo, digo: ¡qué tío más guapo! Y no ¡mira, es el futuro padre de mis hijos! En eso soy igual que antes.

 ¿Y en qué te ha cambiado la fe?

- Relativizo más las cosas. Me ayuda. Hemos pasado un año muy difícil en casa con el tío Miguel, y llegaba un momento en que no dependía de mí, que estábamos nerviosos y que a mí me daba confort. Me ayudaba a no desesperarme. A tener esperanza.

¿Seguis apretándoos el cinturón en casa por la crisis como dijo tu madre y tanto se malinterprearon sus palabras?

- Es verdad. Nos apretamos el cinturón. Todos. Porque nos ha afectado a todos. A quien no tenía nada y a quienes tenemos la suerte de tener un nivel económico alto. O desahogado. Los trabajos son más difíciles de conseguir para todos. La publicidad ha bajado en las revistas, en las teles. En todos los niveles hay crisis. Y a mi madre también la ha afectado porque vive en España. Es una crisis mundial.

Dicen que tú cobras muchísimo por ser imagen de una Firma como ésta.

- Cèst tres faux.

¿Cómo te ha afectado a ti la crisis?

- Me compro menos cosas. Ahora, reutilizo. Por ejemplo, los zapatos. Ya no me gasto el mismo dineral. A mí me cuesta porque me gusta mucho la ropa pero me esfuerzo en dejarlo porque… porque… ¡no sabía que había tanto hambre! El otro día uno de los fotógrafos que nos persiguen en casa estaba un domingo esperándome y le dije que por favor, que era domingo, que me diera un poquito de descanso, y me soltó: "Es que mis hijos necesitan comer." ¿Sabes? Jo, es que hay familias que no tienen para comer. Yo no sabía que eso podía pasar en España. O sea, sabía que en África sí, pero ¿en España?

¿A qué has renunciado?

- Tengo mucha suerte. Renuncio a pocas cosas porque me regalan muchas.

¿Alguien en especial?

- Josu ¿lo conoces? No es mi novio, pero me regala mucho.

¿Y tu madre?

- Mi madre me presta cosas. Eso ayuda.

¿Cómo están tu madre y tu tío Miguel?

- Están bien, pero está siendo muy largo todo. Le cuidan seis personas, pero va poco a poco. No decae, pero hubo un momento en que tuvo un gran avance y nos pusimos todos supercontentos, pero luego todo empezó a ir muy lento. Ya lee periódicos, está ganando fuerza, es muy trabajador. Pero a veces se frustra porque no puede hacer cosas y nosotros también nos frustramos cuando vemos que no puede.

Y hablando de hacer cosas difíciles, ¿tú podrías saltar como tu hermano Julio José en un 'reality' como él?

¿En 'Splash'? ¡Qué va, que me dijo que se congelaba! Que estaba cinco horas mojado y tal y eso es un horror. Si te parece, empiezo montando una ONG en África y luego, ya veremos.