EXCLUSIVA | Jose Capote, psicólogo citado a declarar en el caso Errejón: "La gente ha juzgado lo que ocurrió en relación al comportamiento de Elisa Mouliaá"

La causa contra Íñigo Errejón entra en sus semanas decisivas en cuanto a diligencias se refiere. Este viernes, 20 de junio, declaran los taxistas que trasladaron al exportavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados y a Elisa Mouliaá del local en el que tomaban sus primeras cervezas a la fiesta en casa de sus amigos y, posteriormente, al domicilio del expolítico.

Además, en esta cita judicial en Plaza de Castilla también se escucharán los testimonios de los anfitriones de esa celebración casera. Todo ello, mientras el juez Adolfo Carretero espera el informe de la Unidad Central de Investigaciones Tecnológicas de la Policía Nacional tras el volcado del teléfono de la actriz.

El investigado sigue apoyado por su abogada, Eva Gimbernat, en su decisión de no entregar en el juzgado de Instrucción número 47 de Madrid su dispositivo. Asegura que cambió de terminal y no lo considera necesario, a pesar de la denuncia de la acusación popular por presunta desobediencia.

El próximo martes, 8 de julio, ha sido citado a declarar el psicólogo que elaboró el informe psicológico solicitado por Alfredo Arrién, abogado de la denunciante desde la acusación particular. En la revista Lecturas hemos hablado con él en exclusiva para conocer cuáles son las últimas conclusiones alcanzadas antes de que amplíe su análisis ante el magistrado.

No hubo consentimiento

 Jose Capote fue muy claro en sus conclusiones tras analizar la declaración ante el juez de Elisa Mouliaá y, sobre todo, de Íñigo Errejón. Hace tres meses de nuestra última conversación y en ese momento acababa de entregar el informe psicológico solicitado por la acusación particular.

Alfredo Arrién, abogado de la actriz, no quería que se les pudiera señalar por apostar por perfiles estrictamente centrados en la defensa de la mujer, sino algo "más neutral". Con ello, el documento con los apuntas desde el punto de vista psiquiátrico los dio José Cabrera.

Volviendo a Capote, ahora se prepara para declarar el 8 de julio ante el juez Adolfo Carretero y subraya en Lecturas que "tanto Elisa como Íñigo están de acuerdo en que ocurrió lo que se dice que ocurrió". "Ambos coinciden en que hubo un beso en el ascensor, que se fueron a la habitación en la casa de los amigos y que se fueron en taxi al domicilio de Errejón", recuerda.

"Lo único en lo que difieren es en el consentimiento, que ella dice que no hubo y él dice que sí. Yo lo que voy a explicar es que no hubo consentimiento; ya lo veréis, pero no hubo", remarca con fuerza e insistencia el psicólogo forense, que ampliará su punto de vista en los Juzgados de Plaza de Castilla dentro de poco más de dos semanas.

El juicio a Elisa Mouliaá

Otro de los puntos en los que quiere incidir en su declaración pericial es en lo que ha ocurrido desde el punto de vista mediático y de la opinión pública a lo largo de estos meses, mientras avanzaba la instrucción de la causa.

Capote considera que "desde que ocurrió todo hasta ahora la gente ha juzgado lo que ocurrió en relación al comportamiento de Elisa, que quizás no sea el prototipo de una persona de la que presuntamente han abusado, pero hay ejemplos de que no tiene por qué ser así".

El psicólogo forense lo ilustra de la siguiente manera: "Es como si le roban un Lamborghini a un rico y no se pone a llorar. Todo el mundo esperaría que si te roban el coche estarías echo polvo, pero por diversos motivos puede que no sea así y eso no quiere decir que el que te lo ha robado pueda ser exculpado porque a ti te ha dado igual o porque parezca que te da igual".

"Hay que poner el foco en el comportamiento de Íñigo Errejón y valorar, en definitiva, que creo que es lo que se va a juzgar, si hubo o no consentimiento. Eso es lo que hay que recalcar y el hecho de que hubiera o no no se puede explicar en función del comportamiento de ella, sino del de él", concluye.

La pregunta del teléfono

El 11 de abril, Elisa Mouliaá entregó su teléfono móvil para que el departamento especializado de la Policía Nacional volcara 'in situ', en los juzgados de Plaza de Castilla, sus conversaciones con Íñigo Errejón para cotejar la autenticidad de los pantallazos, verificar que no se borró ningún mensaje y poder entregar un informe al juez.

Adolfo Carretero consideraba que es una prueba "esencial", pero eso no ha presionado al exportavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados, que que se ha negado a dejar su dispositivo y ha recurrido la obligación de hacerlo hasta en dos ocasiones.

Para Jose Capote, no hay una respuesta clara en cuanto a la razón que ha llevado al expolítico a no cumplir con esa petición judicial, pero sí deja una pregunta en el aire: "No podemos saber a ciencia cierta por qué motivo él no ha querido, yo respondería con una pregunta: -¿Por qué alguien no querría entregar un teléfono móvil a petición de un juez cuando se supone que sería para facilitar el argumento de Errejón?-".