Marta López Álamo se traslada a vivir a Milán y nos muestra su piso de 'soltera'

Marta está entusiasmada con su nuevo apartamento. No es muy grande, pero está perfectamente acondicionado y muy bien distribuido para que no le falte de nada a sus inquilinos. "Es muy espacioso, está superbien y no me ha salido mal de precio", dice la modelo.

El salón tiene un sofá cama "para cuando vengan mis amigas. Chicas, estáis invitadas", dice Marta, que da a una pequeña terraza. El comedor es, en realidad, una barra y justo detrás está la cocina. El apartamento tiene amplios espejos para darle mayor amplitud a las estancias.

La cocina es pequeña, pero suficiente, con un fregadero de dos senos, varios armarios, cocina de inducción, nevera y horno microondas. El apartamento está preparado para que lo ocupen hasta cuatro personas.

El dormitorio cuenta con una cama king size, con cabezal en terciopelo azul que contrasta con el papel, a rayas verticales, de una de las paredes. Tras la puerta que se ve al fondo está el baño principal.

Como todo el apartamento, el baño es también de pequeñas dimensiones, pero no le falta de nada, con una ducha de obra y decorado en tonos grises.

Curiosamente y dadas las dimensiones del apartamento, dispone de un vestidor bastante amplio, en el que Marta ya ha colocado sus cosas. Incluso hay sitio "para cuando Kiko venga a verme".

Marta, en el salón, muy luminoso pese a ser un piso que no da a la calle sino al interior de una manzana de pisos. Frente al sofá, hay un televisor, aunque Marta confiesa que no piensa ver mucho la tele. "Para ver la televisión italiana, me pongo Netflix en el iPad, que también me lo he traído", afirma.

El apartamento dispone de una pequeña terraza que podrá disfrutar ahora que todavía hace buen tiempo. Con la llegada del otoño será distinto, ya que Milán está muy al norte y al pie de los Alpes y el clima es bastante riguroso.

Tras uno de los espejos del salón, que es en realidad una puerta, aparece la coladuría, con una lavadora y más espacio de almacenaje. Además, cuenta con un segundo aseo.

La primera compra de Marta no fue muy grande. Unos refrescos de cola sin azúcar, salmón ahumado, proteína, algo de fruta, una botella de vino rosado y leche de almendras. También compró otros productos que no necesitan nevera, como distintas variedades de té, cápsulas de café, y copos de avena.