Bertín Osborne cuenta a Calleja sus dramas más dolorosos

Bertín Osborne ha sido la primera celebridad en ‘dejar colgado’ a Jesús Calleja. Quizás se echó atrás a la hora de entregarse a la aventura por su pánico a las alturas, que terminó superándole, pero a lo que no temió entregarse fue a la entrevista más descarnada de cuantas le han hecho. Confesó algunos de sus mayores dramas desde su paso por la cárcel a cómo vivió la muerte de uno de sus hijos y la de su madre o lo duro que fue escuchar el diagnóstico de su hijo Kike, al que habían dado 2 años de vida.

Su madre trató de inculcarle que cualquier desgracia, por muy terrible que esta parezca, tiene su lado positivo. Y esto ha tratado de aplicarlo a su vida. Uno de los mayores golpes que sufrió Bertín fue, cuando al año de estar casado, su primer hijo falleció. Pero el dolor que experimentó, no fue nada en comparación cuando murió la mujer que le dio la vida. “Yo sufrí mucho más la muerte de mi madre que la de mi primer hijo. Ahora él tendría 37 años”

“Lo tuve con 22. Me casé con 21 años con una mujer maravillosa. Tuve una relación estupenda con Sandra hasta el día en el que se fue. Éramos muy amigos. Cuando ella murió, me convertí en padre y madre”. 

No ha sido la única tragedia con la que Bertín ha lidiado. La muerte de una sobrina, en accidente de tráfico, le dejó devastado, “la adoraba”. “Después murió un nieta mía… De mi entorno, han muerto muchas personas que no tenían que haber muerto y a mí me han marcado”. 

Con esta teoría de mirar el lado bueno de las cosas, o, al menos, hallar el menos duro, ha llegado a la conclusión de que su hijo Kike, a pesar de la enfermedad que le acompaña de su nacimiento, “es un niño feliz. Aparte de todas las carencias que tendrá a lo largo de su vida, él es feliz”. Le dieron 2 años de vida y el pequeño 

En esta parte durísima de la vida de Bertín también hay que añadir su paso por la cárcel. “Hubo una época en la que fui un salvaje peligroso. No me metieron en el penal, pero sí tuve una detención preventiva de 72 horas. Sí, estuve tres días en el Puerto de Santa María. Por broncas, peleas”.