Conozco poca gente tan auténtica como Belén Esteban, muy poca con ese derroche de entrega infinita en los afectos. Es verdad que lo pasamos mal cuando trabajar con ella era muy complicado, pero su cambio ha sido maravilloso. Admiro su generosidad, aunque la que demuestra con los Janeiro llega a exasperarme porque a pesar de todo lo que le han hecho, intenta protegerlos. Da amor a fondo perdido, la quiero y nunca le arañaría el alma. Concede esta entrevista a Lecturas cuando cumple 43 espléndidos años, tengo el privilegio de poder recoger este torrente de sinceridad en estas páginas. Pone, por primera vez, a cada uno en su sitio.
Cumples 43 años.
Sí, y lo mejor es que los cumplo feliz, me veo ahora muy bien; creo que nadie confiaba en mí cuando estuve tan mal, pero conseguí salir. Soy una privilegiada. Al cumplir años también pienso que le llevo 13 a Miguel, últimamente le estoy dando muchas vueltas a eso.
¿Temes el paso del tiempo?
Miguel está conmigo toda la vida por la cuenta que le trae, vamos [ríe]. Me ha costado muchos años pero he encontrado el amor de mi vida, lo tengo clarísimo. Le quiero pero no sabes cómo, es que es muy bueno conmigo, me aguanta mucho. Es un bastón que tengo ahí que muchas veces digo: ‘Como se me rompa...’ Me da miedo que pueda pasar cualquier cosa, me apoyo mucho en Miguel; es más joven que yo y algún día me puede decir que está harto. Mi hija lo adora, le cuenta cosas que a mí no me cuenta, con eso te digo todo; él me frena en muchas cosas porque soy muy impulsiva, me calma mucho. A mí me encantaría casarme, no sé yo si igual pasará o no [risas], él sabe que me haría mucha ilusión. Ahora que ya tengo edad, sé que el amor de mi vida es Miguel.
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