Si eres constante en aplicar las medidas que te exponemos a continuación, podrás devolver a tus manos el aspecto suave y joven que tenían tiempo atrás.

Toques de suavidad

Sequedad. La falta de hidratación y de lípidos aparece a causa de las condiciones ambientales adversas (frío, humedad baja…), las aguas calcáreas, los secamanos de aire y el contacto con el polvo y los detergentes. Cuando la piel está áspera, rugosa, descamada e incluso agrietada, hay que aplicar a diario cremas que refuercen la barrera cutánea y eviten la salida de agua de la piel. Por tanto, las cremas de manos han de incluir, además de hidratantes (urea, glicerina), ingredientes que sean nutritivos (ceras, manteca de karité, aceites vegetales, siliconas). Aplícalas antes de acostarte y ponte guantes de algodón. Así los activos penetran mejor.
Rojeces. Las manos enrojecidas e hinchadas de forma permanente indican trastornos circulatorios. Para aliviarlos, favorecer el retorno venoso y el drenaje linfático, aplica la crema con un masaje suave desde los dedos hacia la muñeca.
Manchas oscuras o 'léntigos seniles'. Aparecen a causa del envejecimiento y de la exposición a los rayos UV. Se pueden atenuar o eliminar con tratamientos láser y con el uso de cremas despigmentantes. Para que no se oscurezcan ni reaparezcan, es imprescindible aplicar un fotoprotector SPF50+ en el dorso de las manos antes de salir de casa, incluso en los días que esté nublado.
Durezas. Los roces continuos con cualquier objeto (mangos de utensilios de limpieza, bolígrafos, pesas de gimnasia, mandos de la bicicleta…) ocasionan callos entre los dedos y en la palma de las manos. Para hacerlos desaparecer, una o dos veces a la semana ablándalos con agua tibia y frótalos con una crema exfoliante con microgránulos. Y recuerda que, en esas situaciones, es mejor utilizar guantes.

Uñas fuertes, resistentes y más sanas

La manicura perfecta solo es posible cuando las uñas están limpias y pulidas.
Seca bien las uñas cuando te laves las manos. Si quedan húmedas, la queratina que las forma se altera y se abren.
Para ablandar y retirar las cutículas, sumérgelas en agua tibia con jabón suave y empújalas hacia atrás con un palito de naranjo.
Límalas siempre en seco, en una sola dirección y mejor con una lima de cartón para que las uñas no se astillen.
El quitaesmalte. Usa uno sin acetona, que no debilita las uñas. Y antes de pintarlas, aplica una base protectora.