Además de cuidarte tú, también deberías procurar que tu casa sea un lugar que garantice tu bienestar físico y psicológico. Cómo, toma nota:

  1. Ventilación cruzada, la más efectiva. Para evitar la concentración de sustancias nocivas (compuestos químicos volátiles, ácaros, moho...), ventila a diario, unos 20 minutos. Abre ventanas en lados opuestos de la casa, así el aire frío exterior entra por una ventana y fuerza la salida del aire caliente por la otra.
  2. La luz natural mejora tu ánimo y te ayuda a ahorrar. Abre la persiana justo al levantarte. La luz solar, además de ser antiséptica y bactericida, activa el sistema inmunológico, mejora el estado de ánimo, reconstituye... Limpia los cristales  (la suciedad reduce la permeabilidad a los rayos UV). Redistribuye las estancias de más uso diurno para aprovechar al máximo la luz natural.
  3. Viste tu hogar con tejidos y fibras naturales. Elige la ropa de casa de telas naturales como algodón, lino, lana, cáñamo, algas... Mejor si indican que no contienen sustancias químicas nocivas (como la etiqueta Oeko-Test Standard 100). Evita los tejidos sintéticos, además de contener compuestos perjudiciales, se cargan de electricidad estática y nos restan energía.
  4. Pavimentos que invitan a descalzarse. Si piensas en poner parqué, elige maderas naturales, de explotación sostenible y con acabados de aceites o ceras naturales (libres de compuestos orgánicos volátiles). Otra opción son los pavimentos continuos de linóleo natural (eso sí, sin PVC). Si prefieres las alfombras, que sean de fibras naturales: sisal, coco, yute, bambú...
  5. ¿Están tus muebles libres de formaldehído? Este elemento volátil omnipresente en nuestro hogar (barnices, colas, pinturas, conglomerados de madera...), a largo plazo, puede tener efectos cancerígenos. Si adquieres un mueble, procura que sea de madera maciza tratada con aceites, lacas o pinturas naturales; aunque resulten más caros, durarán mucho más.
  6. Cómo puedes minimizar su presencia. Procura que tus muebles de madera contrachapada o melanina tengan los laterales y cantos sellados para que no emitan formaldehído. Pinta o sella las zonas deterioradas, incluso los agujeros de los tornillos. Si pintas tu casa, hazlo con pinturas ecológicas de origen vegetal o mineral (las reconocerás por el distintivo de la flor).
  7. Desenchúfate de las ondas electromagnéticas. La OMS ha clasificado el efecto de estas ondas como 'posible cancerígeno', razón suficiente para reducirlas en el hogar. ¿Cómo? Apaga el wifi y el teléfono móvil cuando no lo uses. En el dormitorio, elimina cualquier fuente de ondas y electricidad; mejor que utilices el tradicional despertador a pilas.
  8. Una cocina más respetuosa con tu salud. Al estar en contacto con los alimentos, procura que la superficie de la encimera sea de mármol o de madera con tratamientos inocuos. Evita los recipientes plásticos y cámbialos por cristal, cerámica o bambú. Las sartenes y ollas, búscalas sin teflón, un agente tóxico; en la etiqueta debería especificar sin PTFE y sin PFOA.
  9. Elige productos de limpieza que no 'ensucien'. No abarrotes tus armarios con mil y un productos; bastará con uno de uso general, base jabonosa y sin perfumes. Prepara un limpiador general (cristales, suelos, superficies...) mezclando una parte de vinagre blanco con tres de agua y unas gotas de detergente neutro y natural. Aromatízalo con unas gotas de limón.
  10. Decántate por cosméticos que sean 'sin'. Sé cuidadosa también a la hora de elegir tus cosméticos y productos de higiene personal. Sin parabenes. Busca productos que en sus ingredientes no incluyan estos conservantes que se han relacionado con el cáncer de mama. Las marcas que muestran avales ecológicos como FDIH o Ecocert son las más seguras.