Con la llegada de la menopausia uno de los síntomas más temidos y acusados por las mujeres son los sofocos. El origen principal de este problema es la alteración de la autorregulación de la temperatura corporal motivado por la disminución en la producción de estrógenos que se experimenta durante esta etapa.

Una oleada de calor

Normalmente los sofocos se manifiestan como una oleada de calor que empieza en el pecho y sube hacia la cabeza.
Un sudor inexplicable. Empiezan siempre en la mitad superior del cuerpo y, posteriormente, se dan de forma generalizada. También es habitual notar cómo de pronto empiezas a sudar de forma exagerada aunque no hayas hecho ninguna actividad física. Puede resultar bastante molesto porque te sientes literalmente mojada, sobre todo en la zona del escote, el cuello, la cara y las axilas.
El corazón se acelera. Puedes percibir palpitaciones e incluso sensación de angustia. También es posible notar frío o sentir escalofríos.

¿Qué le pasa a tu cuerpo?

Durante la sofocación se produce una dilatación de los vasos sanguíneos más superficiales y un aumento de la temperatura cutánea y del ritmo cardíaco (taquicardia). Su duración habitual es de 3 a 5 minutos y si ocurre de noche puede llegar a alterar el sueño. La tensión arterial, al contrario de lo que pudiera parecer, no se modifica. Y todo esto ocurre porque al haber un descenso del nivel de estrógenos, la percepción de temperatura corporal que tiene tu organismo se altera y tiende a ser siempre elevada.

Hábitos anti-sofocos

La mayoría de las mujeres no necesita tratamiento, ya que los sofocos se alivian siguiendo hábitos de vida saludables. Y es que se sabe que, por ejemplo, llevar una vida sedentaria incrementa su intensidad. Por este motivo, para sobrellevarlo mejor los médicos aconsejan:
Reducir las bebidas alcohólicas. Incrementan la temperatura corporal, por lo que se recomienda un consumo moderado para evitar la aparición de sofocos. Por el mismo motivo conviene evitar las bebidas calientes o el picante.
Soluciones de sentido común. La temperatura ambiente afecta a la frecuencia e intensidad de los sofocos. Así que procura llevar ropa fresca y de algodón, no salgas de casa sin el abanico... También es clave tomar unos 2 litros de agua al día para asegurarte una buena hidratación.
Deja el tabaco. Las mujeres fumadoras sufren con más frecuencia sofocos, por lo que abandonar este hábito mejorará este proceso.

¿La terapia hormonal puede ayudar?

Aunque los sofocos no suponen un riesgo para la salud, es cierto que una de cada cuatro mujeres ve afectada su calidad de vida y puede requerir algún tratamiento médico.
Posibles candidatas. La mayoría de las mujeres posmenopáusicas, con excepción de las que han pasado un cáncer de mama o sufren una enfermedad cardiovascular, que tienen síntomas climatéricos (sofocos, sudoración, irritabilidad, molestias articulares...) son candidatas para la terapia hormonal.
En qué casos se recomienda. Solo cuando son muy intensos y deterioran enormemente la calidad de vida de la mujer. Suele utilizarse la dosis mínima eficaz para mejorar las molestias, siempre por el menor tiempo posible y normalmente se recurre a un estrógeno natural.

A quién afectan ¿Sólo se sufren en la menopausia?

Los sofocos aparecen cuando los niveles de estrógenos disminuyen pero no son exclusivos de la época de la menopausia. Pueden aparecer incluso hasta unos años antes de retirarse la menstruación. Tampoco es extraño que una mujer joven pueda padecerlos. En este caso lo más habitual es que se presenten unos días antes de tener la regla. Y no siempre se manifiesta como una oleada de calor espontáneo, en ocasiones simplemente provocan taquicardias o sensación de opresión en el pecho.

La fitoterapia: aliada segura y muy eficaz

Se ha demostrado que existen diversas plantas que ayudan a reducir el impacto de los sofocos durante la menopausia. Son soluciones naturales con menos efectos secundarios.
Isoflavonas de soja. Su efecto estrogénico débil ayuda a aliviar los sofocos. Se deben tomar 15 mg con las comidas. Se desaconseja si hay antecedentes de cáncer de mama.
Cimicífuga racemosa. La dosis recomendada para el alivio de los sofocos ha de ser de 20 mg cada 12 horas. No está recomendada
en pacientes con alteraciones hepáticas.
Extracto citoplasmático de polen. Se obtiene tras eliminar la cubierta del grano de polen. Combate bien los sofocos pero no afecta a los niveles hormonales de la mujer.