Puedes estar muy segura de lo que comes porque los alimentos que se comercializan pasan severos controles pero es probable que te sorprenda cómo se hacen algunos de los que consumes.

¿Qué llevan las salchichas de Frankfurt?

Contienen almidón para darles volumen, proteína de leche, nitrato de sodio (E251), un conservante para evitar que se pongan grises, polifosfatos (E452), para prevenir la acción de las bacterias, y ácido carmínico (E120) para realzar el color. Pero el porcentaje de carne es pequeño. Suelen fabricarlas, además, con restos de la carne del cerdo (lo que sobra tras hacer jamón, chuletas y beicon) y con las carcasas y vísceras del pollo. Todo ello se tritura, se mezcla y la pasta resultante se cuece en unas cubetas para después darle la forma deseada y envasarlas.

¿Es realmente yogur lo que estás tomando?

La ley permite que se denomine yogur a productos que no llevan bacterias activas, precisamente los microorganismos que hacen de este producto un alimento saludable para la flora intestinal. Por eso el más recomendable es el tradicional, aquel que se ha elaborado a partir de la leche pasteurizada previamente, que se fermenta y que sí contiene bacterias amigas. Pero estos 'bichitos' no son inmortales y su fecha de
caducidad puede ser incluso anterior a la del envase.

¿Cómo sé si contiene 'bichitos'? Muy fácil. Haz tus propios yogures. Cuando la leche cuaja es que los microorganismos están vivos y activos. Para prepararlos, necesitas un vasito de yogur natural y un litro de leche. Mezcla los dos ingredientes en un cazo, ponlo en el horno a 40 ºC y déjalo cuajar entre 8 y 10 horas. Si lo quieres más espeso, añade leche en polvo a la mezcla.

¿De qué son los palitos de cangrejo o las gulas?

La pasta con la que se elaboran estos productos se denomina surimi (en japonés significa músculo de pescado). Esta pasta se hace con carne de cefalópodos (calamares, sepia...) y pescados blancos. Todos estos productos se lavan, se desmenuzan y se mezclan con otros ingredientes como la sal y fosfatos para conservarlos. También se les añade almidón, clara de huevo y otros aditivos para darles textura y sabor. La masa se moldea y una vez preparada se le da la forma del producto deseado. Posteriormente, a los palitos de cangrejo se les añaden colorantes naturales para que tengan ese tono anaranjado característico del cangrejo y a las gulas se les agrega tinta de calamar para simular la veta de la angula, que además le da más sabor.

¿Todos los salmones ahumados son iguales?

No. Cuando vayas a comprar salmón u otro producto ahumado revisa la etiqueta y el precio. Si se ha ahumado de la forma artesanal (con salmuera y quemando maderas) se encarecerá el producto. Si es más barato puede que el ahumado haya consistido en la inyección de una sustancia química, el aroma a humo.

¿De dónde sale ese bonito color rojo?

Algunos productos deben su color rojo intenso a un colorante, el ácido carmínico (E120), que se produce aplastando insectos como la cochinilla. Los dulces, algunos refrescos, las bebidas de frutas, los chicles, las sopas deshidratadas, los batidos, pasteles, incluso el jamón york pueden contenerlo. Pero puedes estar tranquila porque se trata de un colorante natural totalmente inofensivo y que se ha utilizado durante muchos siglos. Y no es el único insecto que se utiliza en la alimentación. La miel, sin ir más lejos, se obtiene de la regurgitación de las abejas (mastican el polen y lo escupen).

¿Y ese delicioso aroma a vainilla?

De la planta de la vainilla, no, porque es escasa y muy cara. De hecho, lo más habitual es que se trate de la vainillina, un aroma fabricado en laboratorio a partir del guayacol, un fenol que viene de la bencina (éter del petróleo). La industria alimentaria también utiliza el castóreo, una secreción de unas glándulas que el castor tiene cerca del ano y que debido a la dieta del animal tiene un aroma parecido al de la vainilla.

¿Sabes qué esconden las galletas de tus hijos?

Algunas de ellas están hechas con aceite de palma, una grasa barata que se utiliza para hacer bollería industrial. Además, suele tratarse de alimentos muy calóricos con una gran cantidad de azúcar. Por eso no son recomendables para que los niños los tomen a diario. El cacao soluble también contiene un 75% de azúcar.

¿Y los productos para el bebé?

Los pediatras recomiendan no dar azúcar a los niños hasta que cumplan el año, pero los potitos llevan azúcar y sal para hacerlos más apetecibles al paladar de los pequeños. Las cantidades están dentro de los márgenes que establece la directiva europea. También hay galletas que se venden para bebés de 4 meses que contienen azúcar y aceite de palma.

¿Qué llevan las chuches?

Petróleo, no. Tampoco plástico, pese a que se trata de un mito extendido. Las gominolas están hechas, sobre todo, de azúcares y jarabes de glucosa (que se extrae de la remolacha, el coco, la palma o el maíz). Además, se les añaden sustancias gelificantes para que tengan esta textura gomosa tan particular. Estas provienen de cartílagos, pieles de animales o de pectinas de la fruta. También contienen colorantes y otros ingredientes como cera de abejas para que no resulten demasiado pegajosas.

¿Zumo recién exprimido?

Cuando se preparan los zumos en las fábricas se exprimen en grandes cantidades. Para que no se estropeen los calientan a 95 grados unos segundos. Después les añaden nitrógeno para contener la oxidación. Todos estos litros de zumo se almacenan en enormes tanques y permanecen ahí hasta que se envasan.

Grasa, azúcar o sal, para que te gusten

En cualquier alimento procesado, siempre encontrarás esta tríada en su composición o, al menos, alguno de ellos. ¿Por qué? Es la única manera de que los encuentres sabrosos.
Bajos en grasas. Por ejemplo, ten cuidado con los alimentos bajos en grasas. Para compensar la ausencia de este ingrediente, se les añade azúcar y sal. Es el caso del jamón o del pavo light.
Bajos en azúcar. Su contenido en grasa será mayor por lo que, aunque sean 0% azúcar, serán igualmente calóricos. Mira bien la etiqueta de los productos.

Requisitos de los 'ricos en' o 'bajos en'

Rico en fibra. Solo si contiene 5 g o más es de verdad un alimento rico en fibra.
Alimento light. Para serlo tiene que tener un 30% menos de calorías que el alimento original.
Bajo en sal. Un alimento es 'bajo' en sal si tiene menos de 120 mg. Es 'sin' si contiene menos de 5 mg.
Sin grasas trans. Para serlo, deben tener menos de 0,1 g de grasas trans y menos de 1,5 g de grasas saturadas.

'Sano' y 'natural', quizá, más caro, seguro

Se abusa del término 'natural'. No está prohibido utilizar este apelativo cuando se quiere resaltar los beneficios de algunos productos. Pero es sospechoso. El único alimento verdaderamente natural es la materia prima.
Sin conservantes ni colorantes. Pensar que un producto que no los contiene es más sano es un error. La industria puede haberle añadido otros aditivos artificiales y no significa que sea natural.
El falso pan integral. El verdadero pan integral contiene un 75% del salvado de la harina integral. Pero hay panes hechos con harina blanca y solo un poco de salvado añadido que los venden como integrales.