Quizá creas que los posibles problemas que puedan presentar las encías en un momento dado no resultan nunca demasiado trascendentes. Pues no es así. Piensa, por ejemplo, que si se infectan, esa infección puede trasladarse a la sangre e inflamar las arterias hasta dañar el corazón; y también puedes padecer anemia como consecuencia de un descenso de glóbulos rojos y hemoglobina generado por una periodontitis. Revísalas a menudo porque pueden alertarte de algunos trastornos de salud.

Qué hay que comprobar

Los indicadores de la salud de las encías son:

Duras y firmes. Además, el dedo no debe deslizarse de forma fácil sobre ellas. Si tus encías están blandas y, cuando las presiones, se ven blancas unos segundos, esque están inflamadas.

De color rosa pálido. Si las tuyas están enrojecidas o tienen un tono púrpura brillante es que les pasa algo. Se sabe que la coloración de las encías tiene que ver con otras partes del cuerpo. Además, algunas personas presentan en ellas ciertas particularidades: así, por ejemplo, quienes son muy morenos, a veces tienen en las encias manchas marrón oscuro por la melanina.

Finas y delgadas. Además, su superficie debe ser lisa. Si notas que las tuyas se descaman, es que no están bien.

Para evitar problemas

En cualquier caso, la prevención es esencial para evitar que las tuyas enfermen. Por ello:

Escoge bien el cepillo de dientes. Usa uno de dureza media, que te permita limpiar bien entre diente y diente.

Hazte revisiones periódicas. Si no vas al odontólogo de forma regular, para que compruebe que todo está bien y te haga las limpiezas oportunas, algún trastorno puede pasarte por alto y el sarro y las bacterias se acumularán.

Ayúdalas a generar sus propios antibióticos. Es fundamental para luchar contra la placa bacteriana. ¿Cómo lograrlo? Pues asegurándole un buen aporte de vitamina D. Toma huevos a menudo y prima el pescado azul en tu dieta.

Refuérzalas. Y hablando de alimentos, si te acostumbras a morder manzanas o apio, reforzarás las encías. Toma, además, té verde a diario: si lo haces, descienden tus probabilidades de padecer enfermedades periodontales, según la Universidad de Kyushy (Japón). Al parecer, la mencionada infección disminuye su retracción y sangrado.