El dolor es un mensaje que te lanza el cuerpo. Escúchalo para descubrir cuál es su causa y poder tratarlo adecuadamente. Las cefaleas continuas pueden convertirse en un auténtico tormento. En el 90% de los casos el origen es el estrés y el exceso de preocupaciones, pero también pueden ser síntoma de otros trastornos. Lo primero que debes hacer si tienes dolores de cabeza es consultar al médico. Explícale bien cómo, cuándo y con qué otros síntomas ha aparecido para saber qué puede estar influyendo realmente.

  • Una tensión arterial alta. Las alteraciones de la presión arterial suelen ir acompañadas de dolor de cabeza (con palpitaciones) y náuseas. Si sospechas que te ocurre esto, analiza tu alimentación (debería ser baja en sal) y evita el estrés. No te automediques, porque algunos fármacos contra la migraña pueden aumentar la tensión arterial.
  • La menstruación casi siempre influye. Puede aparecer dolor de cabeza (junto con nerviosismo e hinchazón abdominal) días antes de menstruar o durante la ovulación.
  • Problemas de visión.  Si el dolor se produce en la parte anterior de la cabeza, en los ojos o encima de estos y empeora al forzar la vista, puede ser que tengas algún problema de visión que no han detectado o que no estés usando la corrección adecuada.
  • Anemia. En el caso de que tu piel esté pálida, tu alimentación sea desequilibrada o tengas reglas abundantes, es posible que tus cefaleas se deban a una falta de hierro.
  • Intolerancia alimentaria. Cada vez que te dé dolor de cabeza anota todo lo que has comido. Si hay algún alimento que se repite, visita a tu médico, ya que podría ser que tuvieras algún tipo de intolerancia alimentaria.

Infusiones que alivian

Haz infusiones siempre muy suaves (máximo una cucharadita de café) de:

  • Sauce blanco. Tómala en decocción (hervida) y actuará como antiinflamatorio natural.
  • Albahaca.  Su infusión y su aceite esencial ejercen una acción analgésica y también digestiva.
  • Mejorana.  En infusión, extracto líquido o comprimidos, es sedante y analgésica.

Aromas para eliminar tensiones

Si decides acostarte un rato, rocía un pañuelo o la almohada con varias gotas de algún aceite esencial relajante, como la lavanda o la menta piperita. También puedes aromatizar levemente con ellos tu casa o incorporar al agua del baño unas gotitas.