Solemos ser rigurosas con la hidratación regular del rostro pero, en cambio, no somos tan exhaustivas con la piel del resto del cuerpo. Sin embargo, si quieres que luzca sana y bonita, es imprescindible que repares a diario el manto hidrolípico que la protege de las agresiones que le causan los lavados, el sol, el viento... Al hacerlo, también la fortaleces para que soporte mejor nuevas agresiones (más lavado, más sol, más viento) de las que no podrá librarse. A cada edad, los cuidados que requiere son diferentes.

Al principio, la piel 'pide' poco

Durante la que podríamos llamar 'primera juventud', hasta los 25-30 años, la piel del cuerpo tiene suficiente con que se le aplique, tras la ducha diaria, una loción hidratante que sea ligera (asegúrate de que incorpore glicerina y urea).

A partir de los 30, hidratación extra

Pasada la treintena, empieza a disminuir la cantidad de agua que hay en la piel, entre otros factores porque cae la fabricación de colágeno, elastina y ácido hialurónico. Por eso es más fácil verla enseguida cuarteada y rugosa, y notarla muy tirante. También es frecuente que se pele en brazos y piernas, donde hay menor proporción de glándulas sebáceas.

Además de usar crema hidratante a diario, insistiendo mucho en las zonas más resecas, en esta franja de edad es fundamental evitar cualquier situación que pueda dañar la película protectora de la piel, como los productos con alcohol o las aguas calcáreas.

Para las más maduras, nutrición

El descenso de estrógenos durante la menopausia acentúa la falta de lípidos en la piel, que también puede verse potenciado por factores externos como el uso de geles de baño muy detergentes. Por eso, en la madurez no puedes limitarte a usar cremas ligeras. Necesitas, además de hidratar sus capas superficiales, cosméticos que le aporten nutrición y que creen una especie de barrera que impida que el agua se 'escape'. Escoge cremas y mantecas con ingredientes como aceite de girasol, karité o jojoba.

Si la piel está extraseca y muy apagada, un aceite puede ser ideal (es siempre buena opción para codos, rodillas y piernas en general). También puedes añadir unas gotas a tu hidratante habitual, mezclándolos en la palma de la mano justo antes de su aplicación.

Algunas ayudas extras

Para contribuir aún más a la buena hidratación de tu piel, puedes...

...apostar por una higiene suave. Mejor utilizar geles y aceites de ducha sin sulfatos.

...cuidar tu alimentación. Los ácidos grasos omega 3 y 6 contribuyen a que la barrera cutánea esté más fortalecida y logran que la piel retenga más agua. Son muy ricos en ellos los pescados azules y los frutos secos.

...recurrir a los nutricosméticos. Los que contienen aceites vegetales (de onagra, de oliva) son ricos en los ácidos grasos mencionados.

...humidificar. Intenta que los ambientes en los que debes pasar muchas horas seguidas no sean muy secos (por ejemplo, por culpa del aire acondicionado). Si hace falta, instala humidificadores.