Si te gusta el chocolate, estás de enhorabuena, porque además de disfrutar de un alimento irresistible para el paladar, mejora tu salud. Eso sí, procura tomarlo con el mayor porcentaje de cacao posible, porque ahí es donde se encuentran los nutrientes beneficiosos, los flavonoides. Son antioxidantes que pueden disminuir la velocidad en la que las células envejecen, ya que retrasan su oxidación. También reducen la inflamación del organismo, causante de muchas enfermedades como las de corazón o incluso el cáncer. Pero la composición del chocolate, además, hace que tu organismo ponga en marcha hormonas que mejoran el humor.

Tendrás hijos más felices

Si estás embarazada. No te prives de tomar chocolate, siempre que lo hagas con moderación (y tu médico no te lo prohíba). Un estudio de la Universidad de Helsinki (Finlandia) ha visto que contribuye a dar a luz a hijos más felices. El estudio observó que los hijos de seis meses de aquellas madres que sí lo habían consumido eran más activos y sonrientes.

¿Son todos igual de sanos?

Cuanto mayor sea el porcentaje de cacao, mejor. Se suele recomendar a partir de un 70-85% de cacao.

  • Negro. Es el más recomendable, ya que contiene un 70% o más de cacao. De hecho, se considera óptimo un 85%.
  • Con leche. La cantidad de cacao es variable. Hay que ir a la etiqueta para ver cuál es el porcentaje.
  • Blanco. No es exactamente chocolate, sino una preparación de la manteca de cacao grasa con leche y azúcar.
  • A la taza. Su contenido de cacao es bajo (no supera el 50%) y se trata de una preparación que incorpora azúcar y espesantes.

Bajarás el riesgo de ictus

Un estudio realizado en el Instituto de Nutrición Humana de Alemania ha observado que tomar una onza de chocolate al día disminuye la presión arterial y, gracias a ello, resulta beneficioso para prevenir el infarto y el accidente cerebrovascular o el ictus.

Estarás más contenta

La sensación placentera que puede causar el consumo de chocolate se debe a que el cacao contiene feniletilamina, una sustancia que actúa en el cerebro desencadenando un estado de bienestar emocional transitorio.

Es bueno para tu corazón

Si tomas todos los días unos 30 g de chocolate puro, puedes reducir hasta un tercio el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular, según un estudio de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Siempre que el resto de la alimentación sea equilibrada.

Dormirás mucho mejor

La asociación de la manteca de cacao y el azúcar hacen que el organismo absorba mejor el triptófano, un precursor de la serotonina –la 'hormona de la felicidad'– y de la melatonina –la hormona que regula el sueño.

¿Es un buen chocolate?

A más respuestas positivas, mejor es el producto.
Hace crac al romperlo: ¿sí o no?
Es de color oscuro y uniforme: ¿sí o no?
Es mate: ¿sí o no?
No tiene burbujitas: ¿sí o no?
Se funde en la boca fácilmente: ¿sí o no?
No deja las manos o el paladar grasoso: ¿sí o no?

Evitarás los olvidos

Así lo afirma un estudio de la Universidad de Harvard, que apuntó a los flavonoles, una clase de flavonoides, como protectores de las neuronas y responsables de la mejora del riego sanguíneo. Los investigadores recomendaron tomar dos tazas calientes de cacao al día para prevenir los despistes y el deterioro cognitivo leve de las personas mayores.

Guía práctica para aprovechar sus beneficios

¿Cuánto podemos tomar? Si es chocolate negro con un alto contenido en cacao (más del 70%), podemos consumirlo incluso diariamente si no superamos los 30 gramos, el equivalente a 3 onzas de una tableta normal.
Cacao, el primero. Para saber si te conviene, fíjate en las etiquetas. El cacao debe ser el primer ingrediente de la lista (aparecerá como pasta de cacao o manteca de cacao), y el azúcar, el último.
Chocolaterapia. Después de comer, te levanta el ánimo. Pero si lo consumes antes de acostarte (por ejemplo, con leche caliente), te ayudará a dormir mejor.
Prevendrás la diabetes. Aunque te sorprenda, el consumo de chocolate también está asociado a un menor riesgo de diabetes tipo 2, ya que mejora la respuesta de la insulina, según un estudio británico publicado en Journal of Nutrition.