La mejor estrategia contra las arrugas

Te proponemos un completo plan para que te salgan menos y puedas disimular las que vayan apareciendo

La mejor estrategia contra las arrugas

Las primeras arrugas, las líneas de expresión, empiezan a hacer su aparición hacia los 30 años. Son finas y superficiales y, al principio, se marcan solo cuando se gesticula (por el movimiento repetitivo de los músculos faciales) pero, con el tiempo, también se ven en reposo. Más tarde, ya en la década de los 40, aparecen las arrugas que se deben propiamente al envejecimiento de la piel. Son las llamadas 'gravitatorias': la grasa profunda de la cara se desplaza de arriba hacia abajo y, además, se pierde colágeno y elasticidad.

No a todas las 'sufrimos' por igual

Hay mujeres maduras que tienen la piel más lisa que algunas chicas de 35 años. Pero también las hay que tienen arrugas antes, incluso, de la treintena. ¿A qué es debido? Diversos factores lo explican.

Sobre lo que no puedes actuar

  • Cuestión de genética. Dicen que una mujer solo tiene que observar a su madre para saber cómo envejecerá. Y es que la genética es determinante en este terreno. Por otro lado, las pieles muy secas son más proclives que las grasas a presentar arrugas. Mucho más si, encima, son finas. Por el contrario, en las pieles grasas las arrugas suelen ser menos profundas.
  • Baile hormonal. Cuando atravesamos la barrera de la menopausia, descienden nuestros estrógenos. Eso hace que las arrugas, al margen de la edad, se acentúen, pues la piel se vuelve más flácida, fina y seca.

Factores que puedes cambiar

En la genética y las hormonas poco podemos influir. Pero hay otros muchos factores que aceleran el envejecimiento de la piel y sobre los que sí puedes actuar.

1. Nada de tabaco ni sol sin fotoprotección. El primero impide que la piel se oxigene bien; el segundo destruye las fibras de elastina y colágeno.

2. Aprender a relajarse. El estrés también favorece la aparición de arrugas. Si debido a él aprietas mucho los dientes mientras duermes (bruxismo), utilizar prótesis de descarga no solo protegerá tu articulación temporomandibular y te evitará el desgaste de los dientes; también te ahorrará algunas arrugas peribucales.

3. Dormir las horas necesarias. Cuando no se hace, se fabrica menos colágeno y la reparación nocturna de la piel se vuelve más complicada. También inflluye la postura en la que se duerme: si lo haces siempre del mismo lado, tendrás más arrugas en ese costado. Lo mejor sería, de hecho, dormir boca arriba.

4. Huir de los gestos repetitivos. Algunos, como mascar chicle a todas horas o doblar el cuello para aguantar el teléfono, generan arrugas que serían fácilmente evitables.

5. Vitaminas y minerales. Los radicales libres envejecen la piel. Dale antioxidantes que la protejan de ellos. Como la vitamina C de los cítricos, la vitamina E de los frutos secos, el betacaroteno de las zanahorias o las espinacas, el cinc de las legumbres o el silicio de las patatas. Y, por supuesto, evita los excesos en la dieta, en la que deben primar las proteínas vegetales sobre las animales. Bebe además mucha agua.

6. Emplea humidificadores. Utilízalos si pasas muchas horas en ambientes demasiado secos o tu piel se deshidratará y sus arrugas serán más profundas. Si no tienes humidificador, basta con colocar cuencos de agua en la habitaciones.

El poder de las cremas

Lo tienen si utilizas los principios cosméticos adecuados y si te las aplicas bien. De entrada, siempre debes usarlas, tanto de día como de noche, sobre la piel bien limpia y habiéndola exfoliado una vez a la semana. Es fundamental que, sobre todo las de noche, cuando la piel se regenera, contengan retinol, ácido hialurónico, silicio o vitamina C (rellenan los surcos), así como proteínas de trigo con efectos tensores. A partir de ahí, así debes aplicarlas.

1. Comienza en la frente, desde el centro hacia los laterales.

2. Continúa bajando por el entrecejo hacia los pómulos y subiendo luego hasta las sienes (nunca hagas el movimiento en dirección contraria).

3. Luego sigue sobre la nariz, desde el entrecejo hasta las fosas nasales, para proseguir por encima del labio, del centro hacia afuera.

4. Sitúa después los dedos corazón sobre tu barbilla y llévalos hacia afuera y hacia arriba, tensando la piel.

5. Pon el hueco de tu mano derecha (o la izquierda si eres zurda) sobre el cuello y desciende con mucha suavidad hasta al escote. También en él debes aplicar producto.

6. En cuanto al contorno de ojos, usa cremas específicas. Aplícalas dándote ligeros golpecitos en la zona de las ojeras. No presiones ni estires en absoluto la piel.

El maquillaje que las disimula

Es fundamental utilizar texturas muy ligeras y tonos suaves cuando te maquilles si no quieres que tus arrugas se vean aún más profundas.

La base: las hay ricas en ácido hialurónico que, además de maquillar, tratan, contribuyendo poco a poco a disminuir la textura de las arrugas. Lo mejor es que tengan un tono parecido al de la piel. Antes de aplicarla, va muy bien utilizar un 'primer' o prebase, pues rellena surcos. Encima de la base, no abuses de los polvos compactos: dan un aspecto acartonado y hacen más visibles las arrugas y líneas expresión.

Colorete: con él puedes disimular la flacidez que desdibuja los contornos del rostro con los años. Los tonos melocotón, coral... y de acabado mate ayudan a marcar pómulos.

Sombras. Para intentar agrandar los ojos, que con los años se van volviendo más pequeños, las sombras también tienen que ser en tonos neutros (beis, nude, rosas pálidos, grises claros...) y mates. Aplícalas de forma sutil solo sobre el párpado móvil e ilumina luego la arcada de la ceja con un polvo iluminador.

Labios: perfílalos y sella la línea con polvos sueltos antes de aplicar el pintalabios. Así el color no se meterá en las arruguitas que lo rodean.

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