En nuestro organismo hay una serie de sustancias que regulan continuamente su funcionamiento. Las más importantes son las hormonas (fabricadas por las glándulas) y los neurotransmisores (que se originan en el sistema nervioso). Son una especie de mensajeros químicos, tan potentes, que son capaces de influir en tu salud, regular el apetito, e incluso tu estado de ánimo. Es importante que las conozcas, ya que esto te ayudará a comprenderte mejor, justificando un poco los estados de ánimo y los cambios de humor. Además, también puedes aprender a regularlas con la dieta, el ejercicio y unos hábitos saludables.

Pequeñas mensajeras del bienestar

Las hormonas son pequeñas moléculas que ejercen de mensajeras químicas en nuestro cuerpo. Se fabrican en las glándulas endocrinas del organismo, como la tiroides, las glándulas suprarrenales (adrenalina, cortisol), el páncreas (insulina)... En los hombres también se producen en los testículos (testosterona), y en las mujeres en los ovarios (estrógenos). El funcionamiento de estas glándulas está regulado por la hipófisis, que es una especie de glándula central que, a su vez, está regulada por el hipotálamo, que se encuentra en la base del cerebro. Son muy activas, ya que pequeñas cantidades son capaces de producir grandes cambios en todo el cuerpo. Y aunque a menudo, cuando escuchamos a hablar de hormonas, pensamos en la adolescencia, la menstruación y la menopausia, lo cierto es que su alcance va mucho más allá... Además de controlar muchas de las funciones de nuestro organismo, regulan nuestras defensas e influyen en nuestras emociones. De hecho, las hormonas se relacionan con funciones vitales tales como el sueño, el cansancio, el apetito o el humor.

Mejoran tu bienestar y regulan tu apetito

La serotonina y la dopamina están relacionadas con la sensación de 'felicidad' y, además, están implicadas en otras áreas de la salud.
Dopamina para sentirte bien. La dopamina hace que te sientas bien y provoca placer. Se produce en el cerebro y juega un papel importante en la memoria. Niveles correctos de dopamina son importantes para la función cerebral, por lo que su disminución puede conllevar algunas enfermedades. La más conocida es la enfermedad de Parkinson, provocada por la muerte de las neuronas productoras de este neurotransmisor.
Serotonina para el ánimo y la saciedad. Se la conoce como la sustancia de 'la felicidad'. No en vano, muchos antidepresivos actúan sobre los receptores de la serotonina en el cerebro. Si está más baja de lo normal se incrementa la necesidad de comer, porque una de sus funciones es crear sensación de saciedad. Para producir serotonina, el organismo necesita del aminoácido triptófano, y por ello tomar alimentos ricos en este (queso, leche, huevos, pollo, pescado, nueces…) favorece la sensación de saciedad. La serotonina también controla los movimientos del intestino.

Formas sencillas de elevar su concentración

Haz ejercicio. El deporte incrementa la producción de serotonina, y por este motivo es un potente antidepresivo. Por ello, practicar ejercicio físico conlleva un aumento de la sensación de bienestar.
Come fruta bien madura. Las partes oscuras de los plátanos maduros son ricas en una forma natural de dopamina. Y también lo es la manzana 'oxidada'.
Toma alimentos con antioxidantes, como frutas y verduras, que ayudan a eliminar los radicales libres. Y es que estos disminuyen los niveles de dopamina en el cuerpo.

Qué estén muy altas tampoco es conveniente

El equilibrio hormonal es muy importante para el buen funcionamiento del organismo. Por ello, el exceso en su producción tampoco conviene:
Demasiada serotonina. Un incremento abrupto de serotonina, por ejemplo por el mal uso de medicamentos antidepresivos, puede provocar que se acumule en el cerebro con consecuencias muy negativas para la salud. Por este motivo, es muy importante respetar las dosis de los antidepresivos y no mezclarlos con otros
medicamentos sin consultar.
Mucha dopamina. Niveles excesivos de esta hormona en determinadas zonas del cerebro se han asociado con trastornos psicóticos como la esquizofrenia. De hecho, algunos fármacos usados para tratarla regulan los niveles de dopamina. Hay drogas, como la cocaína, que alteran los niveles de dopamina y por ello predisponen a sufrir enfermedades psicóticas.

Alejan el estrés y alivian los dolores

Las oxitocinas y las endorfinas no solo contribuyen a tu bienestar emocional, también tienen la facultad de ser 'tranquilizantes'.
Oxitocina para sentirte segura. Si la dopamina está por las nubes cuando nos enamoramos, la oxitocina es la que hace que ese amor perdure. Del mismo modo, produce tranquilidad, reduciendo la ansiedad y el estrés, y generando sensación de seguridad y confianza. Debido a estas propiedades, se está investigando su posible uso terapéutico para el tratamiento del autismo. Además, investigaciones recientes han demostrado que los efectos que genera la oxitocina en el cerebro son parecidos a los que genera el alcohol: afectan a diversas regiones del cerebro y generan un incremento de la sociabilidad, aumento de la confianza y alteración del apetito. Por ello, también se está investigando la utilidad de un spray de oxitocina para reducir el apetito. Curiosamente, altos niveles de ambas sustancias llevan a actitudes y acciones violentas.
Endorfinas: efecto analgésico. Las endorfinas son sustancias generadas por nuestro organismo que son capaces de provocar una acción anestésica en el cerebro. Son una especie de 'morfina' natural. Y es que las endorfinas no solo modulan la percepción del dolor, pueden hasta eliminarlo, especialmente en situaciones de mucho estrés. Por ejemplo, si sufrieras un accidente y alguien de tu entorno necesitase ayuda urgente podrían 'anular' tu dolor para que pudieras ayudar sin sufrir. Por tanto, mantener hábitos de vida que favorezcan la producción de endorfinas puede ser un buen aliado para el alivio del dolor.