¿Sabías que las personas tenemos 38 emociones básicas? Son como 38 pigmentos en una paleta de color, y nosotros somos la suma y la combinación de cada uno de esos tonos. Pero ¿qué es lo que hace que un color predomine por encima de otro? Desde que somos concebidos, cada experiencia y emoción sentida –o evitada de sentir– nos imprime un pigmento, y así vamos creciendo y formándonos sobre la base de los colores del entorno, e incluso a modo de mimetización, como camaleones, para ser aceptados e integrados en todo momento. Desde niños, aprendemos a sentir y a expresarnos tal y como se espera de nosotros, de manera que se nos quiera a toda costa.

Las 38 Flores de Bach (más el Rescue Remedy) son esencias de determinadas plantas y elementos de la naturaleza que nos ayudan a positivizar las emociones. Fueron desarrolladas por el Dr. Edward Bach, un médico inglés que determinó que la enfermedad física aparecía como consecuencia de algún desajuste a nivel emocional. En 1933, Edward Bach determinó la terapia floral como el sistema más completo, profundo y simple
para curar al ser humano.
¿Cómo se producen? Se recogen las flores silvestres a primera hora de la mañana, se dejan al sol o se hierven durante un tiempo determinado para que la vibración de la flor impregne el agua, y a continuación se añade brandy para conservarlas. A partir de aquí se crean las 38 botellitas que podemos comprar en cualquier farmacia y con las que también trabaja un terapeuta floral.
¿Cómo funcionan? El ser humano se compone de una parte emocional, otra energética y otra física, y las Flores de Bach actúan simultáneamente en los tres frentes. Podemos tomarlas tanto para equilibrar estados emocionales que nos impiden avanzar (ansiedad, miedos, tristeza, llanto inconsolable de los bebés, adaptación al cole...) como para tratar patologías físicas (dentición, urticaria, fiebre…). Entre lo físico y lo emocional está la realidad energética, que a menudo podemos sentirla cuando, por ejemplo, al estar angustiados sentimos presión en la boca del estómago, en el pecho...
¿Mi hijo puede tomarlas? Buena pregunta. Sí, son aptas para todos: embarazadas, bebés, niños, adultos y ancianos, y son compatibles con la medicina occidental, sin problema alguno. Aun así, hay que ser cautelosos y valorar si lo que muestra el niño es reflejo de un conflicto entre sus emociones o si está canalizando o somatizando algún desajuste del entorno, e incluso las emociones o conflictos del papá o de la mamá. Por ello, un buen psicoterapeuta experto en terapia.
¿Es cosa del niño? A veces oímos cosas como: “Yo estoy bien, es mi hijo quien está mal”. Pensemos que el niño forma parte del sistema familiar y que no puede ser tratado psicoterapéuticamente de manera exclusiva o excluyente. Además del entorno familiar, nuestros hijos son el resultado de sus propias emociones, del sistema
escolar y educativo, y del sistema social en el que vivan. Podemos aprovechar la oportunidad que nos ofrecen nuestros hijos poniendo a prueba nuestra capacidad de reflexión e intención de mejorar como padres, para sanar nuestros propios bloqueos. Así estaremos curando más de un corazón.

Rescue Remedy, sin abusar

No es recomendable recurrir sistemáticamente al Rescue Remedy. Este remedio de rescate nos ayuda a estabilizarnos en estados repentinos de shock (accidentes, impactos físicos o emocionales importantes...), pero no trabaja en profundidad la emoción que subyace bajo nuestra reacción. Hay personas que, tras recurrir sistemáticamente al Rescue Remedy, desvalorizan las Flores de Bach porque sienten que ya no les funcionan. Y es una lástima, porque son una excelente herramienta terapéutica para ayudar a toda la familia.