Cada vez se descubren más efectos secundarios de los somníferos. La música, en cambio, no tiene ninguna repercusión indeseable: investigadores de la Universidad de Louiseville (EE. UU.) han comprobado, por ejemplo, que las personas con insomnio descansan mejor si antes escuchan piezas como 'Música del agua', de Haendel; 'Canon en RE', de Pachelbel; o 'Las cuatro estaciones', de Vivaldi. Otra investigación, de la Universidad de Case Western (EE. UU.) en colaboración con el Hospital de Taiwán, demostró que se puede mejorar hasta un 35% la calidad de su sueño si se escucha música suave durante 45 minutos antes de acostarse. Por último, un trabajo del Hospital St. Agnes de Baltimore (EE. UU.) reveló que oír notas relajantes produce el mismo efecto que tomar 10 mg de valium.

Descubre cómo te relajan los acordes suaves

Los siguientes son solo unos ejemplos del efecto que la música tiene en el organismo humano, muy similar a un somnífero… pero natural:

  • Relaja la musculatura y alivia dolores que no te dejan dormir. De hecho, si te fijas en una persona que está escuchando notas suaves con los ojos cerrados, observas cómo se le relaja el rostro, desaparece el rictus de la boca y se le abren los labios. Ese estado de relajación también se produce en el resto del cuerpo. Por eso es un alivio cuando hay molestias en el cuello o las piernas, zonas que acumulan tensiones. Además, escucharla genera endorfinas (reductoras del dolor).
  • Produces muchas menos hormonas del estrés. Escuchar acordes suaves disminuye la producción de noradrenalina, que promueve el estado de alerta. Como disminuye el nivel de ansiedas, sw reduce el tiempo que tardas en dormirte desde que te acuestas (la latencia de sueño) y aumenta su profundidad, reduciendo los despertares.
  • Tu cerebro se relaja, respiras pausado, el corazón late más lento... Al oír música lenta aumentan los niveles en sangre del ácido gamma amino butírico, un neurotransmisor que reduce la actividad del cerebro y del sistema nervioso. Y esto hace que las ondas cerebrales pasen del estado beta (vigilia) a las alfa y theta (relajación). El ritmo cardiaco y respiratorio también disminuye y baja la tensión.
  • Aleja los malos pensamientos y despierta tu optimismo. La música tranquila tiene un efecto muy positivo cuando cuesta conciliar el sueño debido a una tendencia depresiva. Se ha comprobado incluso que las piezas de Bach y Vivaldi ayudan a recordar experiencias placenteras que se han vivido ahuyentando así los pensamientos negativos. A todo lo dicho, habría que añadir que ese tipo de acordes generan placer.

Las melodías que funcionan

Según los expertos, una pieza relajante tiene que cumplir estas normas: debe ser lenta (con un tempo inferior al de tus pulsaciones cardiacas); con poca variación melódica y escaso ritmo para aumentar la sensación de monotonía; y, sobre todo, debe estar a bajo volumen. Los instrumentos más 'sedantes' son el violín, el arpa, la viola, el piano y la flauta dulce.

Los latidos del corazón y el sonido del agua

Un estudio reciente ha demostrado que oír el latido cardiaco registrado en una grabadora ayuda a conciliar el sueño. Las pulsaciones deben estar entre 60 y 70 minutos, que son las que corresponden a personas más calmadas. Escuchar este ritmo tiene un poder hipnótico que te ayuda a dormir. Lo mismo ocurre con la música creada a partir de los llamados 'paisajes sonoros': el fluir del agua en un riachuelo, el sonido de las olas, la brisa de un bosque...