El bronceado puede dar lugar a que tu rostro presente más problemas de los habituales, como diferentes tonalidades en el cutis o sombras oscuras bajo los ojos. Pero con un buen maquillaje, y aplicándolo bien, conseguirás mejorar tu aspecto.

El verano es una dura prueba para la belleza de la piel. En esta época hay que hacer frente al sudor y los brillos o, por el contrario, al tono apagado. Por fortuna, los productos de maquillaje son la solución más rápida y eficaz para lucir una piel perfecta en cualquier ocasión.

Tu plan para estar guapa

  • Borra las ojeras. Si el problema es genético, las ojeras no desaparecen en vacaciones, e incluso puede que tengan un color más oscuro de lo habitual si tomas el sol. Por eso, el corrector se convierte ahora en 'una herramienta' imprescindible. Elígelo con textura fluida si tienes la piel algo reseca y así se repartirá mejor.
  • Añade luminosidad. Una piel atractiva irradia luz. Para lograrlo, usa maquillajes con matiz dorado –evita los que tienen acabado rosado– y usa sombras de colores claros (marfil, melocotón, etc.) y con pigmentos nacarados porque reflejan la luz y son los más favorecedores.
  • Unifica el tono de la piel. A medida que tomas el sol, la piel necesita menos cobertura porque así resalta el bronceado natural que ya tienes. Sustituye tu maquillaje habitual por una base fluida más ligera o una crema hidratante con color, que iguala los tonos de piel. Asegúrate de extenderlas bien para que no se acumulen en 'manchas' y el acabado sea muy natural.
  • Usa gloss. Es la textura idónea para estos meses. También son muy adecuadas las barras cremosas satinadas que, además de dar color, hidratan y suavizan la mucosa labial. Las mates, en cambio, pueden resecar demasiado.
  • Siempre naturales.  Da un toque de color en el centro del labio, extiende con el dedo hasta que el aspecto sea 'manchado' y después aplica el gloss.
  • Sin perfilar. Es preferible que no uses perfilador de labios y que te decantes, de día, por los tonos más suaves.