Todavía perduran algunas falsas creencias sobre la depilación como, por ejemplo, que el pelo crece más fuerte y rápido si se hace con cuchilla. Además de errónea, esta creencia está muy extendida y no es cierta.

  • Aspereza. Cuando el vello se rasura, únicamente se corta la parte visible del pelo pero la raíz ­(situada dentro de la piel) queda intacta porque no se arranca ni se destruye. Y es precisamente la raíz (o bulbo capilar) la que determina la velocidad de crecimiento, el color y el grosor del vello, que no varían. Lo que sí ocurre es que el pelo queda partido por la mitad y por eso resulta más áspero al tacto, pero las maquinillas de ahora incoporan geles que dejan la piel suave y bien hidratada.
  • Ventajas. Es el método que permite depilarte en menos tiempo. Procura utilizar una cuchilla especialmente diseñada para mujeres, ya que se adaptan mejor a tu cuerpo y reducirás el riesgo de cortes. Además, es esencial que enjabones la zona o uses un producto específico, en espuma o gel, para facilitar el paso de la cuchilla sin irritar la piel.
  • Exfoliar antes. Si sueles utilizar este método es importante que exfolies la piel cada 15 días para evitar que los pelos crezcan bajo la piel.
  • El mejor momento para hacerlo es al salir de la ducha. Es justo entonces, después de que tu piel haya recibido el agua tibia o caliente, cuando el poro está más dilatado, más abierto. En esas condiciones, el vello sale mejor. Pero procura que tu piel esté ya bien seca para que la cuchilla se deslice fácilmente.
  • En verano es conveniente depilarse con cierta frecuencia determinadas zonas, como las ingles y las axilas, porque se ha comprobado que cuando hay exceso de vello el sudor queda atrapado en él y las bacterias lo tienen más fácil para prosperar.
  • Precaución: Vigila que tu dermis no presente heridas, quemaduras, picaduras, ampollas u otras lesiones que puedan infectarse al depilarte.