La tensión en la parte superior de la columna vertebral suele tener su origen en gestos tan cotidianos como dormir en una posición incorrecta, pasar mucho tiempo con la cabeza inclinada (leyendo, cosiendo...) o tirar del carro de la compra. Pero en otras ocasiones el dolor cervical se debe a una contractura muscular provocada por situaciones de estrés o disgustos y, más ocasionalmente, a un traumatismo por un accidente de tráfico, una hernia discal cervical o una artrosis.

Revisa tus posturas

Como lo más habitual es que este trastorno lo cause una sobrecarga en la zona, la mejor prevención es modificar algunos 'vicios' posturales:
Cuidado con la cabeza. Procura que tu sofá o silla de trabajo tenga el respaldo lo bastante alto para apoyar bien la cabeza. En el coche, el borde superior del reposacabezas ha de quedar al nivel de tus ojos y el respaldo ha de estar inclinado entre 90 y 110 grados.
Al hablar por teléfono. No lo sostengas entre el hombro y la cabeza y mucho menos si la conversación se alarga.
Reparto de la carga. A menudo llevamos demasiado peso en el bolso y forzamos un lado. Por eso es mejor colgártelo en bandolera. Otra costumbre errónea es tirar del carro de la compra, ya que se fuerzan brazos, hombros y cuello. Para evitarlo, empújalo hacia adelante.
Cuando ves la tele. La pantalla debe quedar a la altura de los ojos, para no mirar continuamente arriba o abajo. Lo mismo si utilizas el ordenador.
En la cama. Es aconsejable dormir de lado con una almohada de unos 20 centímetros de espesor para que las cervicales reposen bien. Y si lees en ella, hazlo semiincorporada con un cojín en la espalda y otro sobre las rodillas flexionadas para apoyar el libro.

Refuerza la columna

Si sufres a menudo dolor cervical, vale la pena que dediques unos 10 minutos diarios a hacer una serie de suaves ejercicios para fortalecer la musculatura de la zona y descargar la tensión acumulada. Un traumatólogo, un fisioterapeuta o un monitor experimentado pueden indicarte los más convenientes en tu caso. Otra opción es apuntarte a clases de yoga donde se realizan estiramientos.

Lo que puedes hacer el casa

Siempre que no lo provoque una patología más grave, pueden ayudarte:
Infusiones. De matricaria, sauce, ortiga o abedul, por su efecto antiinflamatorio.
Masajes. Con 10 gotas de aceite esencial de romero y 2 cucharadas de aceite de oliva.
Cataplasmas. Aplica una compresa de arcilla en polvo caliente sobre la zona dolorida.

Piña para aliviar las contracturas

El tallo y el jugo de la piña contienen bromelina, una enzima con propiedades antiinflamatorias, por lo que se utiliza para relajar los músculos. Se puede tomar como suplemento dietético, aunque conviene consultar con el médico.