La alcachofa no solo es uno de los alimentos más ricos en antioxidantes, esenciales para preservar la salud, sino que posee otras propiedades que ayudan a prevenir enfermedades degenerativas como el cáncer y patologías cardiovasculares o incluso neurológicas.
¿Por qué te ayuda a estar más sana?
Cuida tu hígado. Debido sobre todo a su contenido en cinarina, la alcachofa contribuye tanto a la formación de bilis (efecto colerético) como a su liberación (efecto colagogo), lo que ayuda a digerir las grasas. Por eso contribuye a combatir problemas como la dispepsia o los gases. Además drena la vesícula, lo que previene la formación de cálculos biliares.
Controla el colesterol. Ciertos compuestos amargos de la alcachofa, especialmente la cinarina antes mencionada y las sesquiterpenolactonas, no solo disminuyen la formación de colesterol sino que incrementan su expulsión mediante la bilis.
Antirretención. Estos mismos componentes, junto a su potasio, favorecen también la función renal, lo que otorga a la alcachofa una acción depurativa que la hace recomendable en casos de retención de líquidos, hipertensión, reumatismo, exceso de ácido úrico, síndrome premenstrual…
Ideal para diabéticos. En 100 g hay solo 10 g de hidratos de carbono principalmente complejos, entre los que destaca la inulina. Estos glúcidos se absorben de modo gradual, por lo que no provocan picos de glucosa ni disparan la liberación de insulina, como sucede con los carbohidratos simples. La inulina también contribuye a bajar el azúcar sanguíneo.
Aleja el cáncer. Diversos estudios indican que los flavonoides y el ácido cafeico de la alcachofa ayudan también a prevenir procesos cancerosos, especialmente de colon y de mama.
¿Qué aportan?
Antioxidantes en abundancia. Es uno de los 19 alimentos con más antioxidantes, según un estudio realizado en EE. UU. Además, es altamente nutritiva:
Nutrientes En 100 g
–Energía 47 kcal.
–Grasa 0,1 g.
–Proteínas 3,3 g.
–Fibra 5,4 g.
–Vitamina C 11,7 mg.
–Calcio 44 mg.
–Fósforo 90 mg.
–Hierro 1,28 mg.