Tomar una tisana demanda cuanto menos de unos instantes de calma para su preparación, por simple que sea, y supone un pretexto ideal para la relajación o para la charla amable si se está en compañía. Las ocho que te proponemos resultan además especialmente reparadoras.

1. Astenia primaveral

Esta tisana es un buen remedio cuando alguien se siente desmotivado, alicaído, afectado por estados de debilidad o astenia, comunes al principio de la primavera, o bien atenazado por el estrés. Ayuda a recobrar el ánimo y a adaptarse a situaciones complicadas.

Ingredientes: rodiola, eleuterococo, romero y ajedrea a partes iguales.

Preparación y dosis: se requiere una cucharada sopera rasa de la mezcla para cada taza de agua. Se hierve apenas 3 minutos, se deja en reposo, tapada, 10 minutos más y se filtra. Se le puede añadir una pizca de miel para mejorar el sabor. Se toma un vaso dos veces al día, por la mañana con el desayuno y después de comer.

Precauciones: si incluye eleuterococo, los expertos recomiendan tratamientos discontinuos, de 3 semanas, con otras 3-4 de descanso. No entraña ningún problema si se toma puntualmente.

2. Una ayuda para la rinitis y las alergias

La llegada de la primavera, con el estallido de floraciones que colman jardines, parques, árboles y prados, supone un pequeño tormento para numerosas personas. La eclosión de polen y polvo en suspensión y de un torbellino de sustancias alergénicas extrañas para el sistema inmunitario que flotan en el ambiente provocan un variado y molesto cuadro de síntomas, como rinitis, inflamación ocular, picores, urticarias, congestión pulmonar, estornudos frecuentes, etc. Esta tisana puede ser una alternativa o un apoyo a los fármacos antihistamínicos que suelen recetar los facultativos para combatirlos y que suelen provocar somnolencia.

Ingredientes: perpetua (Helichrysum stoechas), tusílago, pino silvestre, llantén mayor, equinácea (sumidades) e hinojo a partes iguales.

Preparación y dosis: una cucharada sopera de la mezcla por cada taza. Hervir 2 minutos, dejar en reposo 10 minutos más y filtrar. Se le puede añadir miel de tomillo. Se toman de dos a tres tazas al día, mientras se mantenga la crisis alérgica.

Precauciones: es aconsejable no incluir la equinácea en esta tisana durante el embarazo, lactancia o en caso de patología hepática.

3. Dolores de cabeza y cefaleas

Se trata de una fórmula indicada para quienes sufren episodios de migraña o cefalea ocasionales –que se pueden incrementar al llegar la primavera debido al aumento progresivo de las temperaturas–, y prefieren evitar la medicación. También es una alternativa para los que los padecen de forma recurrente y toman a menudo analgésicos, aunque cada cefalea tiene causas específicas que requieren tratamiento individualizado.

Ingredientes: betónica, menta, ginkgo, pasiflora y flor de azahar a partes iguales.

Preparación y dosis: 1 cucharada sopera de la mezcla por cada taza. Hervir y mantenerla en infusión 10 minutos. Para matizar el amargor del ginkgo, se puede añadir corteza de naranja amarga. Bastan dos vasos al día, el primero al primer síntoma que se perciba.

Precauciones: la pasiflora debe ser utilizada con prudencia, incluso mejor con asesoramiento médico. Puede ser reemplazada por matricaria, pero esta tiene el inconveniente de su desagradable sabor.

4. Depurar los riñones

Esta combinación de plantas se recomienda para facilitar la depuración a nivel renal, para prevenir la formación de cálculos en el riñón o, si ya se han formado, para ayudar a su expulsión. No es menos útil para combatir la retención de líquidos y como un apoyo en caso de hipertensión arterial.

Ingredientes: mijo del sol, arenaria, ortosifón, gayuba, hinojo y anís estrellado a partes iguales; dos cucharadas de la mezcla por medio litro de agua.

Preparación y dosis: se hierve apenas 1 minuto, se deja reposar 10 minutos más y se filtra. Tomar durante el día.

Precauciones: no se recomiendan tratamientos prolongados con mijo del sol por su contenido en alcaloides pirrolizidínicos; puede ser sustituida por otra planta, como las hojas de abedul. Hay que evitar la gayuba durante el embarazo y en caso de gastritis.

5. Protección frente a la acidez estomacal

Por las plantas que la componen, esta fórmula la aconsejan los herboristas especialmente para tratar de aliviar el reflujo gastroesofágico, la acidez de estómago y los espasmos gástricos. También resulta útil para combatir gases, meteorismos, flatulencias y mal sabor de boca.

Ingredientes: raíz de regaliz, rabo de gato, hinojo y anís verde. Una cucharada sopera de la mezcla por taza de agua.

Preparación y dosis: hervir 2-3 minutos y seguidamente mantener en reposo 10 minutos más y colar. Tomar una taza después de las comidas principales. Su sabor algo dulce puede gustar a los niños.

Precauciones: no es aconsejable para personas diabéticas o hipertensas, y menos de forma prolongada. La glicirrina –componente del regaliz– puede elevar la tensión arterial.

6. Problemas urinarios

Esta fórmula de herbolario está indicada para el tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata, sobre todo a nivel preventivo. Tiene la particularidad de que inhibe la enzima de la inflamación prostática. Se recomienda a varones mayores de 50 años, a los que ayuda a disminuir trastornos asociados al adenoma benigno, la necesidad de orinar con frecuencia y la nicturia. Por su poder antiinflamatorio y diurético, es útil para aliviar la inflamación de vejiga y de próstata y como tratamiento de apoyo en nefritis, ureteritis y litiasis renal.

Ingredientes: epilobio, pygeum, buchú, brecina y anís estrellado a partes iguales.

Preparación y dosis: 1 cucharada sopera rasa de la mezcla por vaso de agua. Hervir 2-3 minutos, reposar 5 más y colar. Se pueden tomar hasta 3 vasos al día.

Precauciones: el pygeum puede provocar molestias gástricas en personas especialmente sensibles. La brecina se desaconseja en caso de gastritis.

7. Vías respiratorias sanas

Esta tisana es eficaz para combatir la bronquitis si no hay otra patología asociada. El uso de antibióticos a menudo no muestra una eficacia mayor al placebo, como se ha demostrado en estudios recientes, y puede deparar efectos secundarios. Tomar tisanas puede ser una buena alternativa para ayudar a eliminar la congestión y rebajar la inflamación de las vías respiratorias, prescindiendo de los fármacos. También se recomienda en procesos alérgicos provocados por la reacción al polen en suspensión de algunas plantas.

Ingredientes: brotes de pino albar, marrubio blanco, poleo blanco, malva e hinojo. Dos cucharadas soperas rasas de la mezcla por taza de agua.

Preparación y dosis: se hierve un par de minutos. Se deja que repose 10 minutos y se filtra. Se puede tomar durante el día. El hinojo y el poleo le aportan un sabor agradable, que contrarresta el del marrubio, pero se puede añadir corteza de naranja amarga.

Precauciones: el pino albar, rico en taninos, puede provocar irritación gástrica en personas sensibles, pero la malva actúa a su vez de protectora.

8. Trastornos menstruales

Esta tisana es útil para las mujeres jóvenes y maduras, en edad reproductora, o para quienes la llegada de la regla supone un trastorno frecuente. Ayuda a combatir los diferentes síntomas del síndrome premenstrual, como los gases, la sensibilidad en las mamas, las cefaleas, la fatiga, el dolor de espalda, etc. y mitiga los síntomas de la dismenorrea o menstruaciones dolorosas, como molestias lumbares, náuseas leves, transpiración, sudoraciones y mareos pasajeros.

Ingredientes: abrótano hembra (santolina), hibisco, salvia, artemisa y menta. Tres cucharadas soperas de la mezcla a partes iguales por tres cuartos de litro de agua (una por taza). Se puede mejorar el sabor añadiendo un toque de hinojo, que le dará un matiz anisado y dulzón.

Preparación y dosis: hervir 1 minuto, dejar que repose otros 10 y colar. Tomar 3 tazas al día, desde unos 9 días previos a la llegada del periodo.

Precauciones: no se recomienda consumir la salvia durante el embarazo, la lactancia o durante periodos prolongados ya que posee tuyona, un aceite esencial con virtudes estrogénicas importantes.

Las virtudes del calor

Las tisanas e infusiones suman a sus virtudes terapéuticas, las propiedades del agua caliente. Las bebidas calientes son más fáciles de asimilar por el estómago que los líquidos fríos. Según la medicina china, la naturaleza del calor siempre es relajante y activadora. El calor aporta fluidez y tiene la capacidad de calentar y hacer que los músculos se relajen. Si se prefieren tisanas tibias o frías en verano, el hibisco, la menta o el regaliz con corteza de naranja o limón deparan buenos sabores.

¿Infusiones o tisanas?

Existe cierta confusión entre los términos tisana e infusión. Para algunos son sinónimos, lo cual no es muy exacto. Para otros la infusión se elabora con una única planta y la tisana sería la mezcla de varias. En cambio, hay expertos que distinguen uno y otro concepto en función de la forma de preparación.

La infusión: se hace con las partes blandas de la planta –hojas, flores, algunos frutos– y consiste en calentar el agua hasta el punto de ebullición, pero sin llegar a él, para verterla entonces sobre ellas, dejando que repose unos minutos, en una tetera o recipiente con tapa. En el fuego, estas partes blandas podrían perder parte de sus principios activos, en especial las sustancias aromáticas.

La tisana: las plantas se hierven de uno a cinco minutos a fuego lento y se dejan en reposo unos 10 minutos. Este es el sistema utilizado con las partes duras de las plantas, como cortezas y raíces, y que se conoce como decocción. Las plantas con un contenido elevado de mucílagos y aceites volátiles, como la frángula, se han de macerar en agua fría durante toda la noche.