Si te sientes desbordada con frecuencia, sobredimensionas los problemas, te asaltan pensamientos negativos o te preocupas por cosas que no ocurren más que en tu imaginación, puedes estar padeciendo un trastorno de ansiedad. En general va acompañada de irritabilidad, cansancio, dificultad para concentrarse o conciliar el sueño pero, en casos extremos, puede haber incluso sensación de pánico, hasta de ahogo, con alteración del ritmo cardiaco. Aquí tienes 10 consejos para reducirla.

1. Huye del 'y si...' . Es una de las proyecciones de pensamiento más peligrosas, pues deja la puerta abierta a todos los males imaginables. Haz un esfuerzo por redirigir tu mente cortando en seco estas reflexiones.

2. Márcate prioridades. Si tu día a día es estresante, planifica tu agenda procurando no cargarte de responsabilidades y fija siempre un tiempo para el descanso. Es importante que aprendas a delegar y a decir 'no'.

3. Enfréntate a los problemas.  Las situaciones difíciles suelen ser peor cuando las imaginamos que cuando las vivimos. No dejes que el miedo te bloquee.

4. Simplifica tu vida. A veces somos nosotros mismos quienes nos creamos las obligaciones. Céntrate en lo que de verdad te interesa y ralentiza tu ritmo vital.

5. Aprende a relajarte. Las técnicas de relajación basadas en controlar la respiración y la tensión muscular son muy efectivas. Una de las prácticas más eficaces es el yoga. Recuerda que existe una clara proximidad entre la tensión muscular y la ansiedad, así como entre la relajación y la serenidad. Empezar por calmar el cuerpo abre las puertas para tranquilizar las emociones.

6. Rodéate de gente positiva. Cuando uno está mal anímicamente tiende a ver siempre la botella medio vacía y busca –muchas veces inconscientemente– la compañía de gente que comparte esa visión pesimista de la vida. Amplía tu círculo de amistades y rodéate de personas felices, vitalistas y positivas. El optimismo se contagia.

7. Suma acción y emoción. Cuando te sientas ansiosa, pregúntate: "Si en este momento hiciera lo que necesito, ¿qué sería?". Pueden venirte a la mente escenas o fantasías que te aporten información útil.

8. Conviértete en protagonista de tu existencia. Sustituye la pregunta "¿qué me está pasando?" por "¿qué me estoy haciendo?". Se trata de adoptar una actitud activa. Si te das cuenta de que estás haciéndote algo pernicioso, tal vez puedas resolverlo de alguna manera menos 'autodañina'.

9. Expresa tu ansiedad... La ansiedad necesita manifestarse mediante la palabra, la acción o la interacción con los demás. Encuentra vías para permitirlo: puedes hablar de lo que sientes con un familiar o amigo, escribir sobre tus sensaciones…

10. ...O descárgala. A veces nos abruma tanto que no es posible encontrar una respuesta creativa inmediata ante ella. Entonces conviene descargarla. Nunca la ahogues en tu interior. Prueba a darle salida a través de cosas tan saludables como el llanto, el grito o la actividad física.