Estas rosquillas quedan más ligeras porque en lugar de hacerse con la tradicional fritura se preparan en el horno. Además de las clásicas semillas de anís, se preparan con vino moscatel. Si quieres preparar unas rosquillas tradicionales con solo tres ingredientes, mira nuestro vídeo, paso a paso: Coloca el aceite en una sartén pequeña junto con la cáscara de limón. Calienta a fuego lento y, antes de que empiece a humear, apaga el fuego y dejar enfriar a temperatura ambiente sin retirar la piel de limón. Tamiza 450 g de harina sobre un cuenco. Vierte el aceite aromatizado frío y remueve con una cuchara de madera. Añade el vino, 100 g de azúcar, el sésamo y el anís en grano, y mezcla. Vuelca la masa obtenida sobre la mesa de trabajo ligeramente enharinada y amásala con las manos durante 3 o 4 minutos, hasta conseguir una pasta fina. Precalienta el horno a 200°. Toma pequeñas porciones de la masa anterior y dales forma de rosco (primero haz una bola y luego clava un dedo en el centro para hacer un agujero. Tira del agujero hacia fuera para agrandarlo, hasta lograr la forma de rosquilla). Dispón las rosquillas en la placa del horno, previamente forrada con papel sulfurizado, y hornéalas unos 15 minutos, hasta que estén doradas. Retíralos y espolvoréalas enseguida con el azúcar restante. Servirlas frías. También se pueden espolvorear con un poco de azúcar glas.