En muchas casas y restaurantes de nuestro país es costumbre terminar la comida o la cena con un chupito de algún licor de frutas. Los hay de almendra, de avellana, de melocotón, de manzana... pero el chupito más conocido es el limoncello , una bebida de limón originaria de Italia que se ha hecho muy popular en todo el mundo. Los chupitos de fruta forman parte de un tipo de bebidas que se denominan licores digestivos , como el orujo. Son bebidas alcohólicas que se consumen tradicionalmente después de una comida para ayudar a mejorar la digestión y aliviar malestares estomacales. Estos licores suelen tener un alto contenido de alcohol y se elaboran con una mezcla de hierbas, especias y otros ingredientes naturales que se cree que tienen propiedades digestivas. Pero el chupito que te proponemos hoy... ¡no tiene ni una gota de alcohol! Así que toda la familia podrá disfrutarlo, niños incluidos. Solo lleva zumo de limón, sirope de agave y agua. ¿Por qué el limón es digestivo? Estimula la producción de jugos gástricos : el limón es ácido y su sabor agrio puede estimular la producción de ácido clorhídrico en el estómago, lo que puede facilitar la descomposición de los alimentos y ayudar a la digestión. Alivia la hinchazón y el gas: contiene componentes como los flavonoides y los aceites esenciales, que pueden ayudar a reducir la hinchazón y la acumulación de gases en el sistema digestivo. Promueve la motilidad gastrointestinal: el limón es una fuente natural de fibra soluble, como la pectina, que puede ayudar a promover el movimiento y la motilidad del intestino, facilitando el tránsito intestinal y previniendo el estreñimiento. Ayuda a la descomposición de grasas: se ha sugerido que el limón puede ayudar a la descomposición de las grasas y mejorar su digestión, especialmente cuando se consume después de platos ricos en grasas. Otras recetas de Cocina Fácil con limón que te van a encantar: