No hay domingo inglés que se precie sin un buen brunch . Este término surgió de la combinación de dos palabras inglesas, breakfast (que es el desayuno ) y lunch (que es el almuerzo o comida del mediodía), o lo que es lo mismo, un desayuno tardío o una comida temprana. Se puede decir que el plato de brunch por antonomasia son los huevos benedict . Una base de delicioso muffin inglés , encima unas tiras de beicon crujientes y, encima, se coloca un huevo. La salsa holandesa pone el broche de oro a esta delicia. Vamos a hacer esta versión más ligera, y sustituimos el beicon por aguacate , salmón ahumado y unos tomatitos aliñados. El resultado, un desayuno-comida perfecto y delicioso. Si quieres que el huevo poché te quede perfecto, mira en este vídeo las dos técnicas para hacerlo: En un buen brunch, además de los huevos benedict, no puede faltar la fruta , este smoothie de naranja y apio o esta macedonia ligera de frutas , serán el complemento perfecto. La bollería también tiene su protagonismo, así que anímate a preparar estos croissants caseros con chocolate y almendras y... ¡ya tienes listo el brunch! Diferentes maneras de hacer un huevo poché Método tradicional: pon un cazo con agua a calentar y casca el huevo con cuidado de no romper la yema. Cuando esté a punto de hervir, remueve con una cuchara para formar un remolino sobre el que dejaremos caer el huevo, de esta manera la clara envolverá la yema. Deja cocer 3 minutos. Con colador: para el método tradicional es importante que el huevo sea muy fresco, si tiene unos días la clara se vuelve más líquida y se dispersa por el agua. Para evitarlo casca el huevo encima de un colador que dejará pasar esta parte más líquida. Introduce el huevo con el colador en el agua y cuece 3 minutos. En film transparente: es el método más fácil y el que explicamos en esta receta. Asegúrate de engrasar muy bien el film para que puedas retirarlo bien.