Cómo hacer torrijas perfectas (y los errores que no debes cometer)

Aunque se elaboren con muy pocos ingredientes y sea una receta relativamente sencilla de preparar, para conseguir unas torrijas de diez hay que tener en cuenta una serie de factores.

Existen infinidad de formas de hacerlas y cada uno tiene la suya, hay quienes las bañan en leche, en chocolate o en café, o quienes prefieren un toque de vino o licor.

Se pueden rebozar con azúcar y canela, con un almíbar de miel e incluso rellenarlas de crema o de chocolate.

Lo que sí está claro es el procedimiento para hacerlas: primero se corta el pan en rebanadas, se baña en un líquido, se pasan por huevo batido, se fríen y por último se rebozan o se bañan con miel o almíbar.

Estas son las claves para la torrija perfecta:

1. Elige un pan de calidad

Si no tienes una buena materia prima, difícilmente tendrás buenos resultados. Olvídate de comprar pan de molde industrial, este es el primer error que no debes cometer. Mejor acércate a tu panadería más cercana, verás que las posibilidades son infinitas y el resultado valdrá la pena. Puedes elegir pan de pueblo, baguette o pan de molde.

El más adecuado para hacer las torrijas es un pan de miga suave pero compacta y con poca humedad. Será fundamental que sea un pan del día anterior, que esté un poco más duro que un pan fresco del día. La clave está en el grosor de las rebanadas. Si pretendes llevarte el pan cortado a casa, avisa a tu panadero que es para hacer torrijas. En caso de que te lleves la pieza entera, que es lo más recomendable para que se mantenga fresco el mayor tiempo posible y no se reseque, asegúrate de hacer rebanadas gruesas (2 centímetros de grosor) con un cuchillo grande de sierra. Así el pan aguantará el baño mucho mejor.

Otra opción es hacer las torrijas con rebanadas de brioche, pan de leche o algún otro bollo dulce. Pruébalo, serán un pelín más dulzonas que las de pan, pero también deliciosas.

2. El baño con leche

Si no haces este paso correctamente pueden pasar dos cosas: o te queda una torrija seca y sin sabor, o te queda tan empapada que se deshace y al morderla es puro líquido.

Bañar las torrijas no quiere decir que las sumerjas totalmente en el líquido y las dejes ahí un rato, basta con remojarlas un poco por ambos lados antes de retirarlas.

Es importante si vas a bañarlas en leche, que la aromatices con canela, limón o naranja y le añadas un poco de azúcar antes de calentarla. Cuando la leche hierva, retírala del fuego y déjala reposar 6 minutos antes de bañar tus torrijas. Introduce las rebanadas de una en una y deja que se remojen pero sin pasarte. De esta forma las torrijas se impregnarán de todo el sabor de la leche pero sin llegar a romperse.

En caso de que te gusten bañadas en vino, un buen truco es rebajarlo con un poco de agua y azúcar, y calentarlo al igual que haces con la leche.

3. La fritura perfecta

Antes de nada tendrás que pasar las torrijas por huevo batido. Hazlo por ambos lados para evitar que la torrija se rompa durante la fritura.

Como para toda fritura, el aceite y su temperatura son elementos esenciales. Elige un aceite suave para que su sabor no opaque al de la torrija y asegúrate de que está bien caliente antes de freírlas.

La manera correcta de freír las torrijas es por tandas, un par de minutos por cada lado. Presta atención al darles la vuelta para que no se te rompan, una buena forma de hacerlo es con ayuda de una espumadera.

Ten en cuenta colar el aceite de vez en cuando ya que se ensucia con facilidad. Cuando veas una especie de hilos oscuros flotando en el aceite, retíralo del fuego, pásalo por un colador, y vuelve a calentarlo para seguir friendo. Un error que no debes cometer es freír muchas al mismo tiempo, si lo haces, bajarás la temperatura del aceite y no te quedarán bien. No olvides escurrirlas en papel absorbente de cocina para eliminar los restos de aceite sobrantes.

4. El rebozado final

El último paso para que queden perfectas es el rebozado. Asegúrate de rebozarlas o pasarlas por miel o almíbar cuando las torrijas se hayan templado un poco. No cometas el error de hacerlo cuando estén recién hechas, porque podrían quedar un poco aceitosas.

Si vas a rebozarlas en azúcar, mézclala con canela en polvo para que el rebozado sea más aromático.

¿Prefieres que tengan un toque cítrico? Pruébalas bañadas en un almíbar hecho con zumo de naranja, mantequilla y Cointreau y flambea tus torrijas un poco justo antes de servirlas.

Si quieres bañarlas en miel, en lugar de regarlas directamente con la miel, calienta la miel con un poco de agua para aligerarla y pasa las torrijas por el almíbar cuando esté templado. El rebozado puede variar según el sabor que tengan las torrijas, si las preparas de café, sería ideal servirlas espolvoreadas con azúcar glas y un poco de café o cacao puro en polvo.