Si siempre pides patatas bravas en el bar, pero nunca te has atrevido a prepararlas en casa, prueba a hacer esta receta siguiendo todos los pasos. Quedan igual que las de tu bar o chiringuito favorito y son perfectas para la hora del vermut o como entrante. Las patatas bravas son una de las tapas más consumidas en nuestro país . Se preparan en todas las regiones y existen muchas recetas dependiendo de cada zona. La base son unas patatas fritas, cortadas en dados grandes o en gajos cubiertas por una o dos salsas picantes. Aunque las patatas bravas originales se preparaban (y aún se preparan en muchos sitios) con pimentón , caldo, harina y aceite, las que incluyen salsa brava de tomate y mayonesa de ajo como la nuestra han ido ganando adeptos con el tiempo y es una de las versiones más populares y extendidas. Queda deliciosa y puedes adaptar a tu gusto la cantidad de picante. Consejos para elaborar patatas bravas: Las patatas te quedarán mejor si son especiales para freír, como la Monalisa o la Kennebeck . El truco de la doble fritura es también un buen consejo. Primero, fríes las patatas con el aceite no demasiado caliente. Cuando empiecen a estar blandas, las retiras con cuidado y las escurres. Subes la temperatura del fuego, para que el aceite esté muy caliente. Y haces la segunda fritura, que tiene el objetivo de tostar las patatas por fuera, así estarán crujientes en el exterior pero muy melosas por dentro. ¡Insuperables! Si no te gusta el picante puedes quitar el ajo de la mayonesa o reducir el tabasco de la salsa de tomate. Por el contrario si las patatas te gustan muy bravas, pon un ajo entero en la mayonesa y no te cortes con el tabasco.