El otoño llega con manzanas , peras , castañas , caquis ..., pero hay una hortaliza que, sin duda, es la reina indiscutible de esta época del año, la calabaza. Tiene una gran versatilidad, y se puede utilizar tanto en platos salados como en dulces , gracias a su sabor dulzón tan característico. Una vez asada, tiene una de esas texturas suaves y tiernas que se deshacen en la boca y que activan tu paladar. Para conseguir esta textura, debes controlar bien el tiempo de asado , que depende del tamaño de la calabaza . Suele estar entre 30 minutos, para calabazas más pequeñas, y 45 minutos si son más grandes. Para comprobar si ya la tienes a punto, pincha con un tenedor o brocheta de madera, si se hunde con facilidad, ya la tienes lista. Prepararla en forma de crema es lo más habitual, si quieres darle un toque de sabor diferente prueba esta crema de calabaza y curry . Si quieres un aperitivo original, con estos bocaditos de calabaza tienes el triunfo asegurado y queda de lujo en recetas dulces como este bizcocho de calabaza y chocolate . Trucos para asar la calabaza En esta receta la calabaza se corta por la parte superior para darle forma de cuenco, pero puedes cortarla también a lo largo. Otra opción si te cuesta cortarla en crudo, es asar la calabaza entera. Una vez asada es mucho más fácil cortar y retirar las semillas. Solo hay que lavarla bien, pincharla un poco con un cuchillo para dejar salir el vapor, e introducirla en el horno precalentado a unos 200º C. El tiempo depende también de su grosor, entre 30 y 45 minutos. Si la utilizas para recetas saladas, una vez cortada rocíala con un poquito de aceite de oliva virgen extra, ganarán en sabor. Si, por el contrario, la receta es dulce, prueba a espolvorear un poco de azúcar por encima para darle un ligero caramelizado.