¿Te estás preguntando cómo conseguirías freír unos huevos sin salpicaduras? Pues no es fácil, la verdad.
Una excelente alternativa es hacer huevos al plato, que al prepararlos al horno, además de precisar menos aceite no ensucias nada la cocina. Y hay mil maneras... con queso y jamón, a la italiana, con brócoli y beicon o con acelgas y setas, por ejemplo.
Pero si tú lo que quieres es hacer un buen huevo frito a la sartén, lo primero en lo que tienes que pensar es en que el huevo sea fresco (si no lo fuera, se esparciría mucho por la sartén) y de buena calidad.
Compra huevos que empiecen con los números 0 y 1
Cuando vayas a comprar huevos, fíjate bien en la numeración. Todos llevan en la cáscara un número impreso. El que más te interesa es el inicial, que habla de cómo ha sido criada la gallina. El 0 significa que esos huevos son de gallinas libres y alimentadas a base de piensos ecológicos; si llevan un 1 es porque son gallinas camperas, que viven en libertad y comen piensos naturales; el número 2 corresponde a gallinas criadas en naves inmensas y los que se marcan con el número 3 provienen de gallinas enjauladas. A continuación, hay unas letras que nos indican el país de procedencia (ES), los siguientes son del municipio y los últimos de la granja concreta.
Para saber la fecha de consumo preferente y el tamaño tienes que consultar en el envase de fuera.
Una vez elegido el huevo, el aceite a utilizar va a gustos. El de girasol es más neutro y el de oliva aporta más sabor. Eso sí, tiene que estar bien caliente pero que no llegue a humear, para que no se queme.
El objetivo es conseguir una clara bien cuajada, una yema perfectamente líquida y una puntillita preciosa alrededor.
El truco para que no te salpique el aceite
Si además consigues que no salpique el aceite, ni por la encimera ni a tu brazo, ya la "operación huevo frito" es de 10. Para ello solo necesitas echar un poco de sal en el aceite mientras lo estás calentando. Con este truquillo el aceite chisporrotea menos y, también, consigues que la sartén pierda un poco su adherencia y no se pegará. Otro truco menos utilizado, pero también efectivo, es echar una pizca de harina a la sartén.
Una vez tengas tu fritura perfecta, ten cuidado al sacarlo con la espumadera.
Una idea: puedes acompañar el huevo frito con pisto, por ejemplo, es una combinación exquisita. Y si quieres variar, atrévete también con unos buenos huevos estrellados con jamón o los clásicos huevos rotos con pimientos de Padrón.