5 pasteles de espinacas súper apetitosos que te volverán loco

Las espinacas son una verdura llena de propiedades beneficiosas para el organismo, con muchas vitaminas y minerales. Pero también son de esos alimentos que odias o amas. Es decir, a quien le gustan, le encantan. Y a quien no, no quiere ni verlas en pintura.

Por ejemplo, a los niños no suelen gustarles. Quizás por su color verde... Pero si las utilizamos como relleno de un pastel salado bien dorado por fuera y que se deshaga en la boca, también ellos (y los adultos antiverduras que tengas en casa) caerán rendidos ante estos pasteles salados deliciosos.

1. Tarta de espinacas y queso

Para preparar esta suculenta tarta hemos utilizado pasta filo, que le da un toque muy crujiente. En el relleno mezclamos las espinacas con piñones, pasas, queso, huevo y nata.

2. Pastel griego de espinacas con pasta filo

Otra versión de la tarta de espinacas con pasta filo es esta receta de origen griego, spanakopita, en la que las espinacas se mezclan con requesón o queso feta. Es muy fácil de hacer y en nuestra receta añadimos también un poco de calabacín a la receta.

3. Pastel de espinacas y patata

No dirás que no es espectacular este pastel relleno de espinacas... Pues debes saber que la masa en realidad es puré de patata (como los copetes que decoran el pastel) y las espinacas se saltean con beicon, ajo, pasas y piñones. Deliciosa y preciosa.

4. Tarta fina de fideos gruesos y espinacas

La receta más original de esta selección es esta tarta con base de masa brisa y relleno a capas de fideos de pasta gruesos (udon) y salteado de espinacas con ajo y cebolla.

5. Tarta de huevos y espinacas a los dos quesos

Esta tarta recibe el nombre de tarta Pascualina y aunque es una receta típica de Semana Santa, puedes prepararla cualquier día del año, porque está buenísima. La masa es brisa y el relleno lleva espinacas frescas, huevos, cebolla frita, requesón, parmesano y unas hojitas de albahaca.

¿Cómo se suelen cocinar las espinacas?

Después de lavarlas, las espinacas suelen cocinarse de dos maneras.

• Salteadas: solo necesitas calentar un poco de aceite de oliva en una sartén, agregar las espinacas y saltearlas hasta que se marchiten. Puedes añadir ajo picado, cebolla o especias para darles más sabor.
• Hervidas: hierve agua en una olla grande, agrega las espinacas y cuécelas durante uno o dos minutos hasta que se marchiten. Luego, escúrrelas y enfríalas rápidamente en agua fría para detener la cocción. Este método es ideal si deseas utilizar las espinacas en ensaladas, sopas o como guarnición.
• Al vapor: cocinar las espinacas al vapor permite conservar sus nutrientes casi intactos. Coloca las espinacas en una vaporera sobre agua hirviendo y cocínalas hasta que se marchiten, lo cual suele llevar unos minutos. Luego, retíralas y enfríalas bajo agua fría para mantener su color verde vibrante.

¿Espinacas frescas o congeladas?

Tanto las espinacas frescas como las congeladas tienen sus pros y sus contras. Te los contamos.

Espinacas frescas

Pros:

• Suelen tener un sabor más pronunciado y una textura crujiente.
• Puedes cocinarlas de diferentes maneras, e incluso tomarlas crudas.

Contras:

• Tienen una vida útil más corta y deben consumirse rápidamente para evitar que se marchiten o estropeen.
• Requieren ser lavadas a conciencia para eliminar cualquier resto de tierra.
• No siempre las encuentras porque su temporada va de octubre a mayo.

Espinacas congeladas

Pros:

• Son muy prácticas, ya que están listas para usar. No requieren lavado ni limpieza, lo que ahorra tiempo en la preparación.
• Puedes encontrar espinacas congeladas en cualquier época del año.

Contras:

• Las espinacas congeladas tienden a perder cierta firmeza y pueden tener una textura más suave después de descongelarse y cocinarse.
• Sueltan mucha agua al ser cocinadas (a causa del hielo de la congelación).
• El proceso de congelación puede afectar ligeramente el sabor de las espinacas.