1. Ensalada de mejillones y berberechos 2. Croquetas de mejillones 3. Potaje de judías blancas con mejillones Los mejillones en lata son un ingrediente de fondo de despensa básico. Ya sea en escabeche o al natural, siempre tienen un lugar disponible porque podemos recurrir a ellos en cualquier momento. Y sí, podemos comerlos tal cuál en forma de aperitivo y el éxito está asegurado pero también podemos darles más vidilla. ¿Cómo? Pues preparando cualquiera de estas recetas básicas que, si bien se pueden hacer también con mejillones frescos cocidos o al vapor, también podemos cambiarlos por las conservas. Es una manera de hacer estos platos más rápido y con menos lío en la cocina y con un resultado bastante similar al original. 1. Ensalada de mejillones y berberechos En ensalada, los mejillones en conserva siempre son una buena opción. En la receta original se abren al vapor junto con los berberechos y un poquito de vino. Pero si queremos abreviar siempre podemos recurrir a las conservas. Además de mejillones y berberechos, esta ensalada lleva pimiento rojo, tomate, palmitos, brotes de lechuga y germinados. Todo ello se riega con una espectacular vinagreta que lleva el jugo de cocción o, en este caso, el líquido de la conserva. 2. Croquetas de mejillones Las croquetas pueden hacerse de cualquier ingrediente que se nos ocurra y sí, también valen los mejillones. En este caso hemos mezclado mejillones frescos que se cocinan al vapor con una lata de mejillones en escabeche. De esta manera se consigue las croquetas tengan muchísimo más sabor. Como alternativa, también podemos cambiar los mejillones frescos por una lata de mejillones al natural. Tanto el líquido de cocción como el escabeche se utiliza para la masa. ¡No pueden tener más sabor a mar! 3. Potaje de judías blancas con mejillones Sí, los mejillones también nos pueden servir para hacer guisos tan espectaculares como estas judías blancas consiguiendo un riquísimo contraste entre los alimentos del mar y los de la tierra. Aunque aquí los utilizamos frescos, también puedes incorporarlos en conserva, igual que las judías para ahorrar tiempo y esfuerzo. Y es que, la clave para que quede un guiso bien ligado es que parte de las verduras se incorporan trituradas. Por otro lado, también lleva calabacín y zanahorias hechas en la sartén para aportar un toque crujiente.