Han sido solamente dos días los que la reina Letizia ha estado en Marruecos, el tiempo suficiente para lucir cuatro lookazos diferentes e inspiradores: desde el vestido joya que todas querríamos tener en nuestro armario, hasta el estilismo más romántico donde recuperaba aquel traje de pedida de mano de hace 16 años. En su último acto oficial, Letizia ha escogido a una de sus firmas favoritas para convertir su último estilismo en otro acierto absoluto del viaje.
Se trata de un vestido en color vino que pertenece a la colección otoño-invierno 2017/2018 y que no ha pasado desapercibido gracias a su cuerpo con detalles, y la mezcla de tejidos perfecta donde conviven en armonía la seda, el terciopelo y las lentejuelas.
Un diseño que apuesta por una de sus siluetas favoritas: cuello redondo, manga larga y falda acampanada, y que combina a la perfección apostando por una de las tendencias del momento: el total look monocolor.
Desde el maquillaje, donde apuesta por unas sombras degradadas también en tonos burdeos, hasta los accesorios del mismo color. La reina Letizia apuesta por unos taconazos atados al tobillo de Lodi, y un bolso de mano estilo cartera en rojo firmado por Reliquae.
En cuanto a su peinado, Letizia ha seguido luciendo el cabello suelto pero esta vez ha optado por unas ondas abiertas y marcadas hacia atrás que dejaban lucir los pendientes brillantes, heredados de la reina Sofía.