Solemos arrugar la nariz de puertas afuera cuando alguien nos cuenta que en el seno de una familia habita la discordia. Nos parece casi un escándalo que dos miembros de un clan no se dirijan la palabra o se eviten directamente. “La familia es lo primero” es el mantra al que acudimos para disculpar determinados comportamientos de alguien con quien compartimos apellido y ADN. De puertas adentro, todos hemos discutido o dejado de hablarnos con alguien de nuestra familia. A veces la fractura es temporal pero otras, terribles, rompen el vínculo para siempre. Alejandra Rubio Borrego y la hermana de su madre, Carmen Borrego, no se hablan. Se dejan recados en el plató de televisión en el que se alternan pero no han abordado claramente las razones de ese distanciamiento. Esta semana las desvela Lecturas. Carmen, incluso, va a conocer a través de nuestras páginas qué es lo que su sobrina no puede perdonarle. Las cartas están echadas. ¿Serán capaces de arreglarlo?
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