Mahi ha decidido acabar con su letargo para competir en este concurso, y la verdad es que le sienta mucho mejor esta faceta que la nos ha venido mostrando durante las últimas semanas. No me gustan los participantes que no se pringan y que siempre andan poniendo excusas para no opinar de sus compañeros y así evitar los conflictos que marcan el devenir de los acontecimientos. Mahi pertenecía a este grupo de jugadores que prefieren el paseo cómodo, y escribo en pasado porque anoche pudimos comprobar una metamorfosis que le ha sentado francamente bien. Era muy necesario que alguien con dos dedos de frente se atreviera a poner las cosas claras a los machirulos de esa casa. Me refiero a Tom y a Asraf, concursantes que cada semana baten su propio récord de desatinos varios. Asraf y Tom aparentan continuamente ser buenos jugadores. Creen que por excluirse del resto de sus compañeros van a despertar cierta ternura entre los espectadores. Esta estrategia sería válida si no resultara tan evidente. Si a esto último le añadimos el hecho de que ninguno de los dos cae especialmente bien, blanco y en botella.
La que sigue siendo una de mis favoritas es Samira. Ella no ha despertado porque nunca estuvo dormida. La naturalidad, la autenticidad, y la coherencia con la que ha afrontado sus problemas y peleas son los elementos principales que hacen de ella una dignísima concursante. También tiene mérito la actitud de Pavon. Después de saberse favorito la semana pasada y crecerse en demasía, el concursante ha sabido frenar y evitar un tropiezo de consecuencias fatales.
Rebeca y Cristini por un lado y Marta y Albert por otro. Estas son las dos parejas nominadas y uno de ellos abandonará el concurso el próximo domingo. Yo lo tengo claro: el juego de Rebeca no da más de sí. Su paso por este concurso ha resultado demasiado descafeinado e insípido, aunque también es verdad que las expectativas en su caso no eran muy altas.
|