Solo hay una cosa mejor que acabar de ver la cuarta temporada de ‘The Crown’ y es no haberla empezado y tener aún esos 10 capítulos por estrenar. Si eres uno de esos afortunados, aprovecha para sumergirte en la corte de Isabell II justo cuando la tormenta Diana se instaló en palacio. Ninguna otra ficción había alcanzado antes ese nivel de verismo en la descripción del desgraciado matrimonio de la princesa del pueblo y el heredero al trono, Carlos de Inglaterra. Por primera vez presenciamos de manera furtiva las escenas íntimas en las que se fraguó uno de los grandes mitos de la historia contemporánea y entendemos el sufrimiento de esas dos almas atormentadas. Es todo tan real que el Gobierno británico ha pedido a la productora que especifique que la serie se trata de una ficción. No me imagino una manera más maravillosa de felicitar a los artífices de esa obra de arte. “Lo han hecho tan bien que parece verdad”. En Lecturas mostramos esta semana la prodigiosa reconstrucción de decorados de la serie (la más cara de la historia) y desvelamos algunos escenarios españoles que ponen el marco para el matrimonio de Carlos y Diana.
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