El otoño nos trae nuevos aires en cuanto a tendencias de maquillaje se refiere. Esta nueva temporada mandan las barras de labios mate, a la que ya dedicaré algún post, y en los ojos impera un tono tan favorecedor como complicado, el granate.

Los tonos burdeos, asociados a la cultura grunge y más noventera, se convierten en los reyes indiscutibles de las miradas. Favorecen a todos los ojos, a los más claros, especialmente a los verdes y aceitunados, como a los oscuros. Un color comodín que no siempre se encuentra entre nuestros básicos, pero que todo podría cambiar a partir de esta estación.

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Pero igual que digo que resulta tremendamente favorecedor, sé que es algo complicado, pues mal aplicado podemos acabar pareciendo el fantasma de los ojos rojos o peor aún, que tenemos una invasión de orzuelos. Y no, no queremos que pase ninguna de las dos cosas. Por lo tanto, para que esto no ocurra, tenemos dos formas de incorporar estos tonos a nuestro día a día.

Las hermanas Kardashian (si al comienzo de este blog hubiera dispuesto un tarro en el que metiera 5 euros cada vez que las mencionara ya tendría un estupendo plan de pensiones) decidieron hace meses rendirse a sus encantos y es habitual verlas con esta clase de sombras. Ellas, en especial Kylie, la más arriesgada en cuestiones de maquillaje, lucen el color burdeos de la manera más noventera y de tendencia, en ahumados que envuelven los dos párpados, que crean un halo de misterio en quien los luce y esa apariencia de acabar de salir de un concierto de Hole, el grupo de la musa entre las musas Courtney Love. Para llevarlo de esta manera, tienes que hacer hincapié en su difuminado, por lo que una brocha tupida con el pelo recortado en redondo será tu mejor aliada. Una vez aplicado en el párpado móvil, con movimientos circulares y ascendentes debes ir difuminando el color, trabajándolo hasta que quede perfectamente integrado para un resultado más natural, o pasando de todo esto y marcándolo bien como en la última publicidad de Chanel, en el que Kristen Stewart se come la cámara y hace que caigamos rendidos a esta tendencia.

La versión más discreta es aplicarlo con un pincel biselado a raíz de las pestañas. Con esto conseguimos que el ojo destaque y que el color del iris se avive. También se puede aplicar en todo el párpado en su versión crema, pues será menos pigmentado y más natural. Perfecto para llevarlo al trabajo, en una cena informal o, simplemente, para las que prefieren las opciones más moderadas.

Este otoño el burdeos, además de en nuestras copas de vino, reposará en nuestros ojos. Y sin que se nos suba a la cabeza.