Circula por la red un montaje comparativo de dos fotos de Cristiano Ronaldo. Una antes de ser una celebridad en el deporte (y fuera de él también) y otra después. Los cambios entre una y otra son asombrosos: dentadura, piel, pelo… absolutamente todo en su rostro ha sufrido una mejora. Y es que Cristiano es de esas personas esencialmente coquetas, que adoran los tratamientos de belleza y sus buenos dineros se deja para lucir como la referencia de tronistas o aspirantes a Míster.

Lo último en aterrizar en su cara parecen haber sido las extensiones de pestañas. Fotografías recientes de CR7 nos muestran unas pestañas que parecieran abanicos, de lo largas, abiertas y curvadas. Ahora, cada vez que parpadee, despeinará a los del equipo contrario. Estas extensiones, que forman una parte más de la rutina de cuidado y belleza de muchas celebridades, tienen como ventaja definir mucho más la mirada, abriéndola y haciéndola más atractiva. No extraña a nadie que se hubiera sumado a la técnica que tupe la mirada de las Kardashians (de verdad, prometo que llegará un post en el que no las nombre, pero hasta el momento…).

Cristiano se ha convertido el epítome del hombre metrosexual, esa palabra que se popularizó hace más de10 años con David Beckham, sus cortes de pelo, sus cremitas y su gusto en el vestir (¿por qué entonces nos parecía que su estilo era lo más? ¡Ahora sí que está hecho todo ‘un dandy’!). Además dejó huérfanos de pelo a todas y todos que nos gustan los caballeros tipo manta zamorana: cubiertos de una espesa (y calurosa) manta de pelo. Ya sabéis a quién culpar. Video killed the radio stars, y los metrosexuales mataron al hombre velludo.

Además de las extensiones de pestañas, este año Cristiano se ha dejado ver con la pedicura hecha. Quiero decir, con las uñas de los pies pintadas, de negro, más concretamente, y esto ha hecho que todo el mundo diga “¡Dios mío, ahora Cristiano pretende implantar la moda de los hombres con las uñas pintadas!”. Pero a todos los que andan nerviosos yo les recomendaría que se tomaran una pastillita de relajación y que disfruten del camino pues muchos antes que él las llevaron y la moda no trascendió a las calles. Johnny Depp lleva las de las manos, y pocos hombres le han seguido. Pero no creáis que es una moda que me disgusta, más bien todo lo contrario… En concreto, para Ronaldo creo que su pedicura tiene una explicación relacionada con su trabajo. Al pasarse la vida chutando un balón, las uñas se resienten, como les pasa a los bailarines de ballet, y esto deriva en uñas levantadas, amoratadas y con decoloraciones. De cara al verano, la manera más fácil de ocultarlas es bajo una buena capa de esmalte, y cuanto más oscuro sea este, mejor. Son gajes del oficio, y puede que Ronaldo no estuviera siendo trendsetter, sino, simplemente, coqueto.

Sigamos con otros de sus cuidados más tradicionales: las mascarillas en rostro y cuerpo. CR7 no tiene problema alguno en fotografiarse mientras se le secan esas mascarillas que le dejan la piel mejor que a Patrick Bateman en ‘American Psycho’. Para el ‘body’ prefiere la de arcilla, que deja la piel muy suave, absorbe el exceso de grasa y retira impurezas, y para el rostro, otra menos agresiva y que puede que devuelva a su cara su mejor aspecto fresco y lozano.

Sumad los blanqueamientos dentales, el gimnasio, la dieta propia de un deportista, la depilación de cejas (todo un clásico en él), el bronceado perfecto TODO el año, masajes, o, mi preferida, que tiene un peluquero personal que cada mañana le atusa la melena y se la deja a su gusto. El mismo peluquero que el propio Cristiano envió a que le cortara el pelo a su estatua de cera, para que la réplica fuera 100% como el original. Y con las figuras de cera que a veces nos gastamos, no me extraña que quiera cuidar hasta el más mínimo detalle. Su reputación está en juego.

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