Que Isabel Pantoja está más guapa que nunca es una verdad verdadera, eso es innegable. Como el ave fénix que resurge de sus cenizas y luce su mejor plumaje, la versión ‘pantojil’ cambia la pluma por la piel, que reluce y tiene el aspecto lozano de una mocita. Bótox, rellenos o infiltraciones, cada aguja que habrá tocado el rostro de la tonadillera ha merecido la pena.
Lo más probable es que Isabel haya recurrido a las inyecciones de vitaminas. No se trata de ningún tratamiento rarísimo y tampoco resulta especialmente caro, de hecho, cada vez son más los hombres y mujeres que no pueden vivir sin estos chutes vitamínicos cada vez que tienen un evento importante. Y por evento importante me refiero a actos de lo más variopintos desde el bautizo de un sobrino, a una entrega de premios o, en este caso, subirse a un escenario tras haber pasado más de un año ‘a la sombra’. Me parece una ocasión de lujo para ofrecer tu mejor aspecto. Será una frivolidad, pero equiparo esta reaparición de la Pantoja a la típica reunión del instituto para la que uno se prepara a conciencia y trata de ofrecer la mejor versión de sí mismo. Demostrar a todos lo fabulosamente que estás, lo bien que te ha tratado la vida, y la manera inmejorable a la que te antepones a los varapalos. Pues igual. ¿No os produce ternura? A mí mucha, y comprensión también. Todos hemos sido la Pantoja reapareciendo.
Pero volviendo al tema de las inyecciones, para el que no está puesto en la materia, se trata de unos pequeños pinchazos que se realizan en clínicas estéticas y que son calificadas de ‘cócteles vitamínicos’ y que garantizan a quienes se las ponen una apariencia más fresca, vital y descansada. Y si alguien necesitaba aparecer con un aspecto de fatiga cero, esa era ella. A través de este ‘chute’ de vitaminas, normalmente una síntesis de A, B ,E y C, que protegen las células de nuestra epidermis, conseguimos que estas trabajen mejor, sintetizando el colágeno y dotando a la piel de esa halo resplandeciente que todos hemos soñado lograr desde que vimos quitarse la camiseta a Robert Pattinson en ‘Crepúsculo’. Además de las vitaminas, también se inyectan aminoácidos y algunos antioxidantes, para que la combinación sea todo un milagro para el cutis.
Como ya digo, no se trata de ningún tratamiento locuelo de estos que acostumbran hacerse según qué celebridades y que puede involucrar desde veneno de avispa a heces de pájaro. No, afortunadamente no se trata de nada así, aunque esto le resta cierta magia y misticismo. Además su precio, entre los 100 y los 400 euros, lo hace asequible a muchos bolsillos. A Isabel seguro que le ha compensado 100% haberse rascado el bolsillo, pues una no resurge de sus cenizas todos los días. Además, después para compensar, seguro que encargó la cena al burger...